Mujeres en edad productiva, las más afectadas por artritis reumatoide

CIUDAD DE MÉXICO, 13 de octubre de 2018.- Actualmente, la artritis reumatoide (AR) se ha convertido en un problema de salud pública debido a la alta prevalencia y al impacto económico y social que representa la enfermedad. Se estima que más de 1 millón de mexicanos viven con artritis reumatoide y de éstos, 3 de cada 4 pacientes son mujeres en edad productiva.

Así lo dio a conocer, en conferencia de prensa, la doctora Sandra Carrillo, especialista en Reumatología en el Hospital Primero de Octubre del ISSSTE, en el marco del Día Mundial de la Artritis Reumatoide, que se conmemora el 12 de octubre.

“La artritis reumatoide es una condición inflamatoria, autoinmune y crónica de causa desconocida, que afecta tanto a las articulaciones como a otros órganos del cuerpo”, recordó la doctora Carrillo. “Esta condición es causante de inflamación y rigidez de rodillas, tobillos y muñecas, la cual suele presentarse entre los 25 y 50 años de edad, siendo las mujeres la población más afectada”, enfatizó.

Actualmente, se estima que la artritis reumatoide afecta a entre el 1 y 1.5 por ciento de la población mundial y, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en Latinoamérica existen cerca de 34 millones de personas con discapacidad permanente debido a este padecimiento.

Algunos de los síntomas –alertó la doctora Carrillo– son: dolor, rigidez en las articulaciones, fatiga, malestar general y pérdida de peso. “La artritis reumatoide no es una enfermedad mortal; sin embargo, afecta gravemente la calidad de vida del paciente y de ahí la importancia de un diagnóstico y tratamiento oportunos”, señaló.

Por su parte, la doctora Karla Chiapas, Jefa de Reumatología en el Hospital Regional Adolfo López Mateos del ISSSTE, hizo un llamado a la población y a la comunidad médica para permanecer alerta a los signos y síntomas de la enfermedad.

Destacó la existencia de tratamientos biotecnológicos que mejoran de manera significativa la calidad de vida de los pacientes.

“El paciente se enfrenta a una enfermedad progresiva que le acompañará de por vida y de no tratarse le afectará en su vida cotidiana. Con un diagnóstico oportuno y un tratamiento adecuado, es posible modificar el curso del padecimiento y, por ende, mejorar su calidad de vida”, dijo.