Visita Pablo Lemus a población migrante albergada en FM4 Paso Libre
GUADALAJARA, Jal., 24 de diciembre de 2024.- Con el propósito de fomentar el desarrollo de habilidades artísticas y fortalecer el desarrollo cognitivo de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes con discapacidad intelectual y múltiple que residen en Cien Corazones, el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) Jalisco, inauguró una Sala de Arte, gracias al donativo que realizó la Fundación Marisa.
Maye Villa, presidenta de DIF Jalisco, recalcó el compromiso de seguir trabajando con el mismo empeño que dejó en su legado Joanna Santillán, de la mano de aliados y aliadas para hacer que estos niños, niñas y adolescentes vivan una vida digna.
“Le daremos continuidad a todos y cada uno de los proyectos que empezaron, de verdad, con todo el amor, con todo el cariño de poder servir aquí”, expresó Villa de Lemus.
Actualmente en Cien Corazones se atiende a 60 residentes con distintos tipos de discapacidad, quienes por diversas circunstancias no pueden permanecer bajo el cuidado de sus familias de origen.
La directora General del Organismo Diana Vargas, reiteró el compromiso para fortalecer la atención junto a un equipo comprometido, al agradecer a todas las personas del voluntariado “a todos los empresarios, a todas las manos que se suman a trabajar, que se suman a apoyar y aquellos que se suman a darnos un espaldarazo y a decir sí se puede”.
Por su parte, Joanna Santillán quien se desempeñó como coordinadora del Voluntariado Jalisco en la administración pasada, reconoció a Maye Villa resaltando su compromiso al frente del organismo estatal, dando seguimiento a los proyectos emprendidos con la colaboración de la iniciativa privada “y desde hace algún tiempo iniciamos este proyecto con la Fundación Marisa, por materializar este sueño que, pues, por fin con esta administración se abren las puertas y tendrán la mejor continuidad”, manifestó.
Al finalizar, las autoridades y personas invitadas, tocaron a las puertas del centro, entonando el cántico tradicional para pedir posada, celebración realizada con la participación de benefactores que cada año se unen a la causa, con sus donativos en especie para que los residentes y el personal pueda compartir la cena, bolos y los regalos de navidad que con semanas de anticipación fueron escritos en las cartitas de los deseos, entregadas a las madrinas y padrinos de cada residente, quienes acudieron a esta velada para convivir con ellos.