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PUERTO VALLARTA, Jal., 19 de junio de 2022.- Existen muchas pasiones en la vida, algunas tienen que ver con el rol que desempeñamos en la sociedad, las actividades que realizamos y otra, sin lugar a dudas, es la familia, nuestros seres queridos.
Josué Ruelas Espinosa, es un joven padre de familia que durante los últimos 13 años se ha dedicado con pasión a atender el llamado de emergencias de las personas al formar parte del Heroico Cuerpo de Bomberos de Puerto Vallarta.
Descendiente de una familia trabajadora, esposo y padre de cuatro hijos (dos niñas de 14 y 8 años y dos niños de 1.5 años y otro más que lamentablemente falleció), Josué nos comparte cómo alterna ambas responsabilidades tan importantes.
“En todo eso influye mucho en mi esposa (Jessica). Ella es quien me ayuda mucho, pues cuando salgo de aquí tengo otro trabajo y ella me apoya mucho, en tener mis comidas a tiempo, en cuidar de nuestros hijos y todos esos detalles que me facilitan descansar lo suficiente para poder estar con los hijos y con ella en mis tiempos libres”, expresa Josué mientras se alista para iniciar su jornada de trabajo en la Dirección de Protección Civil y Bomberos de Puerto Vallarta.
Con una sonrisa en su rostro, Josué nos relata que siempre trata de convivir con su familia, con sus hijos. “Trato de estar con ellos, sacarlos a pasear, convivir con ellos, pero gracias a mi esposa es que me puedo dar ese tiempo libre para convivir con ellos, sino todo el tiempo estaríamos muy saturados”.
Su vida la pasa entre las emergencias, el fuego, los accidentes y su familia. Su rol de padre no es fácil, pues al tener una hija de 14 años, la atención que debe tener es mayor. “Pues ella ya va a la escuela, está empezando la adolescencia y la rebeldía, pero es muy buena”, expresa sonriente y orgullos de sus hijos.
Asegura que su hija de 8 años quiere ser bombero igual que él, aunque le gustaría que ese gusto también lo compartiera con su hijo el pequeño. “Pero si recomiendo ser bomberos, te deja muchas satisfacciones”.
Josué recuerda que en sus 13 años como bomberos ha vivido momentos muy difíciles. “Para mí fue cuando acudí a atender un accidente en el que un niño fue atropellado cuando iba en su bicicleta. Y recién le había comprado una bicicleta a mi hija y para mi mala suerte fue a ese servicio. Me llegó un poco el sentimiento, me reflejé y me puse en los pantalones del papá y la mamá (del menor atropellado). No me gustaría que le pasara eso a mis hijos, así es que le hablé a mi esposa para que guardara la bicicleta también”, relató.
Pero no todo son tragos amargos, como bombero ha vivido momentos muy gratificantes, “pues tienes la oportunidad de ayudar a las personas, desde bajar a un gatito de un árbol, rescatar animales, ayudar a las personas en las emergencias. Aquí hay momentos agradables como tristes”, reconoce.
“El Día del Padre no sé si vaya a trabajar, pero si descanso espero que mi familia me lleve a comer, a pasear, para que podamos pasar un día agradable, juntos. Aunque muchos días del padre nos ha tocado estar de guardia y pues es un poco más insípido aquí en la base, conviviendo con los compañeros, pero quién no quisiera estar mejor con la familia”.