Contaminación ambiental no cede: declaran contingencia en Las Pintas
GUADALAJARA., 30 de diciembre de 2024.- La lobina negra es un pez oriundo de Estados Unidos que habita en el Lago de Chapala como una especie invasora que no cuenta con depredadores naturales que regulen su población, convirtiéndose en un riesgo para las especies locales, como los charales.
Este pez carnívoro también se produce en México con fines de pesca deportiva y se estima que fue introducido en Chapala aproximadamente en 2015, precisó el director del Instituto de Limnología y Sustentabilidad del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Eduardo Juárez Carrillo.
Esta especie se alimenta de otros peces como el charal, pero también puede depredar tilapias, carpas, bagres y otros peces con importancia económica para los pescadores del lago, sostuvo el especialista.
“Es un depredador tope de peces, y en el Lago de Chapala los estudios han demostrado que esta lobina está consumiendo recursos nativos que quedan en el lago para la pesca, como lo es el charal”, sentenció.
Además, el charal tiene potencial como uno de los pescados más caros de México, con precios que oscilan los 800 pesos el kilo, por lo que representa una importante fuente de ingresos para pescadores locales.
Juárez Carrillo añadió que la siembra de lobina pudo haberse hecho sin planificación y únicamente con la finalidad de contar con más especies para la pesca deportiva, en la que sólo se atrapa al pez en cuestión y posteriormente se devuelve al cuerpo de agua, donde continuará alimentándose de la fauna local.
“Afortunadamente, es tanta la lobina que hay que es recurrente que caigan en las redes de los pescadores y un gran porcentaje de este pez va saliendo como parte de la pesca artesanal”, agregó.
La lobina negra es un pez de agua dulce con un sabor agradable, por lo que tiene un buen potencial para emplearse en la gastronomía. Y para controlar la población de esta especie, Juárez Carrillo resaltó que sería necesario trabajar en un programa a largo plazo para extraerla, y uno de los primeros pasos podría ser fomentar la pesca de esta especie.
Estimó que al año se generan hasta seis mil toneladas de pescado al año en Chapala y se prevé que las cifras sigan disminuyendo ante la pesca excesiva de las demás especies y la presencia de la lobina negra.
“Estamos a tiempo de evitar una catástrofe; si podemos sacar la lobina, debería de sacarse, o que haya regulaciones para la siembra de estos peces en Chapala”, señaló.
Descartó la idea de introducir otros depredadores para controlar a la población de lobina en Chapala, puesto que consideró que el lago ya cuenta con organismos que no son originarios del lugar, lo que podría generar un desequilibrio ecológico.
“Aquí no hay depredadores que se alimenten de la lobina, es un depredador tope, sólo están los osos, pero no podríamos introducirlos. El ser humano es el principal depredador de lobina, por lo que hay que sacarlos del lago”, apuntó.
Aunque se cree que este pez es sembrado de forma constante para contar con más ejemplares, actualmente se están llevando a cabo estudios para determinar si la lobina negra ya se está reproduciendo dentro del Lago de Chapala.