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La recomendación de Quadratín Jalisco
La recomendación para este fin de semana, en esta nueva sección que iniciamos, incluye turismo cultural y ecoturismo, en un rincón poco visitado de la Ribera de Chapala: Mezcala de la Asunción.
Este poblado pertenece al municipio de Poncitlán, asentado en la orilla del Lago más grande de México. Su acceso es por una carretera, que parte de Chapala hacia San Nicolás de Ibarra, y de allí, hasta Mezcala.
Su principal atractivo es la Isla del mismo nombre, conocida también como la Isla del Presidio, la mayor de las dos islas del Lago, que se localiza frente a la población del mismo nombre.
En la Isla del presidio se ubican las ruinas de una cárcel, de tiempos del Porfirismo. Hoy sus muros acusan las huellas del paso del tiempo, aunque conservan la fachada que les dio siniestra celebridad. Para llegar a la Isla, hay que contratar una lancha de pescadores, que hay muchos en Mezcala.
El trayecto se verifica sobre la parte más profunda del Lago de Chapala, con unos 12 metros en promedio, e incluye la vista de varias especies de aves acuáticas, que acompañan al viajero.
Antes de desembarcar apreciamos un pequeño islote, que cuenta con habitantes, es decir que es propiedad privada.
Es curioso admirar la forma de vida de esta familia, que sobrevive de la pesca y del cultivo de la planta de mayor explotación en la región, el chayote.
Recorrer la Isla del Presidio es rápido y agradable. Antes de ser penitenciaría, Mezcala fue escenario de un importante episodio en la guerra de independencia.
Aquí se libró una batalla naval, en la que los realistas derrotaron a los insurgentes, y los vencidos se quedaron habitando la isla por un tiempo.
Hasta aquí la parte más amable del paseo, turismo cultural e histórico, con vistas hermosas del Lago, desde tierra y a bordo de la embarcación que nos lleva a la Isla y nos trae de regreso. Ahora viene la parte atrevida, ecoturística y también de notable valor histórico.
Del pueblo de Mezcala de la Asunción parte una vereda, que lleva a una de las bellezas más recónditas de Jalisco, la Barranca del Toro.
El ascenso es una verdadera excursión y requiere, además del afán físico, del auxilio de un guía especializado. En Guadalajara, el grupo montañista Colli (www.grupoexcursionistacolli.org) cuenta entre sus filas con varios conocedores de la zona.
La Barranca del Toro es un lugar de complicado acceso, que recompensa el esfuerzo del visitante con paisajes panorámicos del Lago de Chapala y de la Isla del Presidio. Pero el premio mayor al excursionista es la llegada a una zona arqueológica singular, de pinturas rupestres, elaboradas con colores y motivos geométricos.
.No se sabe con certeza que pueblo prehispánico habitó en este lugar y quienes dejaron huella de sus pasos a través de estas pinturas.
De hecho, la Barranca toma el nombre de un trazo que, presumiblemente, podría representar un toro. Según el arqueólogo tapatío, Otto Schondube, ganador del Premio Jalisco de Ciencias, y homenajeado en la edición 2011 de la Feria Internacional del Libro, muchas de las pinturas, trazadas en espiral, o dibujadas en cuadrados, repiten un patrón, cuyo significado hoy nos es inaccesible; mientras que los dibujos que muestran una sucesión de puntos, representan cómputos del tiempo, o de sucesos que contabilizaban estos antepasados, en este apartado sitio, al que convirtieron en centro ceremonial.
La próxima semana le presentaremos nuevos destinos, para un inolvidable fin de semana. Espero sus comentarios a egarzonproducciones@netcourrier.com.