Guadalajara se compromete con la transparencia; firma convenio con Itei
GUADALAJARA, Jal., 12 de diciembre de 2015.- La lluvia no fue impedimento para que cientos de fieles se aglutinarán desde la calle de Herrera y Cairo sobre el andador Pedro Loza para poder ingresar al Santuario de la Virgen de Guadalupe.
Hombres, mujeres, de todas las edades se enfilaban para entrar al recinto de «La Morenita», algunos se acercaban con flores, otros vestidos en representación de Juan Diego, o la Guadalupana, se apresuraban por agradecer un año más de vida o por los favores recibidos.
Sergio y su familia, fueron por primera vez a presentarle a su pequeño, de un año y a agradecer que se encuentra sano. El pequeño vestido de Juan Diego entró en brazos de su padre, madre y abuela, llevaban flores para regalarle a la Virgen María de Guadalupe.
Los encargados de poner el orden, aseguran que a diferencia de otros años, la presencia de la gente sí disminuyó, en parte por la lluvia, y por las obras del tren ligero.
Los comerciantes no desaprovecharon el momento y salieron a las calles a vender flores que iban desde 10 pesos la rosa, hasta ramos de 50 pesos, figuras de yeso de la virgen, comida, zarapes, rebozos y todo tipo de ajuares.
Al entrar por la puerta central, las personas se hincaban y entraban de rodillas, algunos orando, otros en silencio acudieron a ver a «la virgencita» con devoción, como lo es el caso de la señora Beatriz Barajas, quien va a ver a la Guadalupana cada año: «Tengo devoción, entro cada año de rodillas hasta el altar y le traigo flores a la virgen en compañía de mi hijo, porque le tengo fe y me ha hecho muchos milagros».
Según platicó la devota de la virgen del Tepeyac, en diversas ocasiones ha pedido por los estudios de sus hijos -para que logren entrar a la Universidad- o por la salud de alguien y siempre se los ha cumplido por lo que cada que puede asiste al Santuario en agradecimiento.