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GUADALAJARA, Jal., 23 de agosto de 2021.- Osmar Donizete Cándido nace en Prados, Minas Gerais, un pequeño lugar de Brasil en el año de 1968 y desde niño tenía la ilusión de jugar al futbol para ayudar a su familia. Con tan solo 19 años debuta con el Volta Redonda Futbol Club y para 1990 emprende su primer viaje al exterior, específicamente a México, para jugar en los Tecos de la Autónoma de Guadalajara.
En entrevista con Quadratín Jalisco, el exfutbolista recordó su paso con el equipo emplumado, club en el que, en sus 50 años de existencia como entidad deportiva, tiene un lugar especial dentro de su historia.
Platícanos tus inicios y de cómo se da tu acercamiento con los Tecos para que vengas al futbol mexicano.
Sí, la verdad. Yo vengo de una familia donde mis padres son muy simples, en casa de madera, no sé cómo se dice aquí, toda mi vida. Entonces mi sueño era darle una casa a mis padres y yo jugué en una ciudad que se llama Volta Redonda que era un equipo de Primera División del Campeonato Carioca de Río de Janeiro. Ahí desde niño, llegué a profesional, Botafogo… Unos empresarios me compraron y me prestaron a un equipo, después llegué a Botafogo en 90, en Botafogo hicimos buen trabajo con mi amigo Marcelo Gonçalvez, mi compadre hoy y nos invitaron del trabajo que estaba haciendo en Botafogo, me invitaron a venir a jugar aquí México, en los Tecos, con un empresario Gravina, que falleció. Vine al 90 hasta el 95 me quedé aquí y logré ser el mejor jugador del 93-94 y Campeón con los Tecos.
En ese entonces el futbol mexicano no era tan conocido como lo es ahora. Los Tecos eran un equipo modesto hasta antes del título ¿qué es lo que te viene a la cabeza cuándo te dicen: ‘vas a ir a México con los Tecos de la Autónoma de Guadalajara’? ¿Qué pensabas?
Yo no imaginaba a Tecos chico, al contrario, siempre me imaginé que era una oportunidad que Dios me estaba dando en mi vida. Era una situación también para mí muy importante, que agarré dinero para pagar la casa de mi madre, de mi mamá, de mi papá, claro. Todo esto para mí fue muy importante, el inicio salí de mi país, agarré mucha experiencia, me torné más o menos un hombre más responsable y Tecos me dio una base muy fuerte para seguir adelante en mi carrera.
Y te tocó ser una de las partes importantes de esa columna vertebral de los Tecos, siendo uno de los hombres más importantes, dándole nada más y nada menos que el título en las 93-94 ¿cómo te deja esa situación?
Muy feliz de jugar con esos compañeros que he estado con esos compañeros, con la comisión técnica de Vucetich, de todos los profesores que pasaron. Hicimos una familia muy fuerte y logramos el campeonato, trabajamos muy duro, no fue fácil porque este año la competición era muy difícil, los equipos eran muy competitivos: América, Chivas, el Atlas, Monterrey, Tigres, Atlante, Necaxa, Cruz Azul, todos eran muy competitivos y pasamos sobre ellos, Pumas. Entonces, conseguimos ser campeones, no fue fácil… El Santos.
Santos que fue el rival a vencer en la Final ¿qué recuerdas de esa Final previa? Cuando estás en el hotel, vas camino al estadio, gente afuera esperándolos para hacerles sentir su apoyo.
Fue un sueño para mí, para todos los tecolotes, porque Guadalajara se unió a Tecos. Chivas, Atlas, también Leones Negros estaba ahí echando porra para Tecos, porque sabían que nosotros estábamos trabajando muy duro para ese título. Era un equipo muy humilde y todos estaban con nosotros, fue una fiesta muy linda. Todo… Dios primeramente estaba con nosotros, porque era un partido muy difícil, el conseguir el último gol del triunfo con el que se logró el campeonato. Después del gol viene a la mente todo el trabajo, toda la dificultad, entonces el hombre se pone niño, se pone a llorar: ‘yo vencí, yo conseguí’. Eso es muy lindo, por eso el futbol es maravilloso.
Oye, para que te des una idea lo que ocurrió después de tu gol, lo que dio el título a los tecolotes, pues mucha gente se lanzó a La Minerva a festejar, a vivir ese momento único y uno de los aficionados se subió a la Glorieta, se envolvió en la bandera de los Tecos, se aventó y se mató. No sé si tengas recuerdo de eso.
Sí, recuerdo que se mató un muchacho que se subió a la Minerva. Es una cosa triste de todo trabajo hecho por nosotros, fue un momento muy triste, de mucha emoción, pero lamentamos mucho la muerte de este joven. Pedimos a Dios que lo guarde, que está guardado hasta hoy, pero él se fue feliz, se vio Tecos Campeón y nosotros nos dio alegría por ellos.
Como todo en la vida, previo a vivir esa emoción y adrenalina, viviste momentos difíciles en tu carrera. Hubo personas que no te querían en Tecos y te mantuviste con el apoyo del Licenciado Leañoque fue parte fundamental para que te quedaras ¿cómo tomaste eso? Y si en algún momento pasó por tu cabeza el regresar a Brasil
Sí, eso es normal. Yo era muy joven, primera vez que salía de mi país y me encontré las dificultades normales de una persona, pero yo siempre fui una persona muy dedicada y con todos los problemas traté de tener tranquilidad y eso fue el momento mágico para mí: la tranquilidad. No desesperarme del momento difícil, tener fe en Dios y seguí luchando. Entonces me tranquilizaba y seguía luchando, trabajando y orando a Dios, pidiendo a Dios dirección y Dios me dio dirección y aquí Dios dijo: ‘Donizette va a ser figura y tiene que ser figura Donizette’. Con todos los problemas y la dificultad yo conseguí ser figura y me siento una figura todavía de los Tecos, de México, porque a donde quiera que voy, todos se acuerdan de la Pantera Negra.
Cuando levantas el título no te pasó por la mente esas personas que no te querían y decirles: aquí estoy, les di el campeonato, soy Campeón.
No, pero, no necesitas tú hablar. Con el trabajo ya se está hablando. Un trabajo cuando yo salí el mejor jugador, el goleador, el campeón. Las personas ya dicen: ‘¡ah, mira!’. Tú no necesitas hablar, tu trabajo habla por ti, solo necesitas seguir trabajando, seguir al frente, seguir luchando. Así fue mi vida, así sigue siendo mi vida, no miro para atrás, nunca miré para atrás, siempre mirar para adelante. Las cosas que pasan, pasó.
Es decir ¿no eres rencoroso?
No, jamás. Feliz, contento. En esta vida que Dios me dio yo soy muy feliz, tengo bastante amistad, hago mucha amistad, no tengo problema con nadie, estoy siempre riendo. Siempre tener felicidad en todo sentido. Claro que también tengo tristezas, soy humano, pero trato de estar siempre enfocado en cosas positivos, no negativas.
Una vez que partiste del futbol mexicano ¿Qué sentiste cuando se da el tema del descenso?
Muy triste, muy molesto. Porque no se puede hacer nada. Yo ya no estaba en Tecos, en planes de la Universidad, entonces uno se queda echando porras para que las cosas sean positivas. Sigo echando porras, hoy soy entrenador de futbol y mi sueño es venir, trabajar en el futbol mexicano, empezar aquí y a ver. Estoy trabajando, hacerlo con los jóvenes y después brincar al profesional.
¿Qué lugar tiene México en tu vida y corazón?
México está así: yo viví en Brasil, pero México es mi segundo país, porque tengo un hijo mexicano y Dios me trajo para seguir una historia acá. Me siento muy contento con el país, con la gente mexicana, me siento mexicano.
Aquí nace el mote de la Pantera Negra ¿cierto? ¿cómo se te ocurre?
Todavía a todos lados que voy sigue el mote de la Pantera Negra, me siento muy orgulloso, muy feliz del sobrenombre y ya no me llaman más Osmar, Osmar Donizette, me llaman la Pantera Negra y eso es satisfactorio.
La primera vez que lo escuchaste ¿no te molestó?
No. Me quedé contentísimo porque es un animal feroz, guerrero, un depredador. Entonces me siento feliz.
¿Recuerdas el partido en el que por primera vez hiciste ese festejo?
Fue el festejo que, fue en Brasil en Botafogo. El nombre pantera se quedó aquí en México, yo hacía el festejo así de las garras, después en Brasil caminaba como la pantera.
Tecos no es uno de los equipos que tuvo más afición en su momento, pero ¿qué es lo que tiene el equipo en particular que se les mete a los jugadores al corazón? Como a ti.
Es un equipo muy querido Tecos. Una institución hermosa, tiene buenos profesionales y yo pienso que Tecos tiene que trabajar más todo, si quiere un equipo más serio, dedicado para llegar a Primera División, tiene que ser un proyecto a largo plazo. Traer personas calificadas, que quieran ayudar a Tecos a crecer, llegar. Trabajar y poner todo el corazón.
¿Cómo vislumbras el futuro de los Tecos? ¿Te gustaría venir a los Tecos a dirigir?
Ese es mi sueño, trabajar en Tecos, pero es difícil. Hay que tener muchos profesionales, no sé cuál es el plan de Tecos, pero es mi sueño, quizá algún día yo pueda ser entrenador de los Tecos (sonríe).
Platícanos anécdotas que tengas de la época del campeonato, que se te hayan quedado en la memoria.
Siempre que pasaba por ahí a entrenar tenían los tecolotes presos en una jaula chiquita, los tecolotes son grandotes y me miraba de un lado a otro. A mí me encantan los animales y me quedaba mirando los tecolotes. Un día llegué a platicar con ellos: ‘oye, te voy a sacar, a poner en una jaula más grande para que vueles alto, libre’. Y ahí me quedé y hablé con Toño (Leaño), le digo: ‘Toño ¿por qué no pones los tecolotes en una jaula más grande? Libre, para que vuelen, los pájaros tienen que volar y así nosotros podemos volar también dentro de la cancha’. Y Toño: ‘¡estás loco, tú!’. Y yo: ‘vamos a hacer la prueba’. Y los Tecos volaron en la cancha conseguimos el campeonato del 93-94 y fue una cosa que hasta hoy traigo en mi corazón. Eso es por poner un ejemplo. Si los animales están libres para volar, nosotros tenemos que respetar la naturaleza.
Después de vivir dos etapas más con sus amados Tecos (2002 y en la temporada 2004-2005), siendo este club su último en la hoy llamada Liga MX, la Pantera Negra se retira en Brasil en 2005, pero en el recuerdo quedaron grabadas sus pinceladas en las canchas mexicanas y como llevó a la gloria al equipo de Zapopan, dándolo su único cetro de Liga en la lejana temporada 93-94.