Manchester United viene de atrás para vencer al Bodo en la Europa League
GUADALAJARA, Jal,. 16 de enero de 2021.- El mundo del deporte se vistió de luto un día como hoy, pero de 2013. Noé Hernández, uno de los medallistas mexicanos en Juegos Olímpicos perdió su lucha para mantenerse con vida, pero dejó un legado muy importante en la disciplina de marcha.
Noé Hernández Valentín nace un 15 de marzo de 1978 en el municipio de Chimalhuacán, Estado de México, hijo de José Hernández y Felipa Valentín, penúltimo de cuatro hermanos: Juana, Roberto, Refugio y José. El conocido de forma popular entre sus amigos como el Chivo, tiene su primer contacto con los deportes, ya que sus maestros de educación física lo invitan a la edad de 14 años, demostrando rápidamente su gusto y aptitud por la marcha; sin embargo, es el deporte de conjunto, el futbol, lo que roba su atención dos años atrás y es su maestro, José Jeremía Pío, quien le insiste que se decante a la caminata.
Sabía decisión, pues esta sería la disciplina que lo daría a conocer a nivel mundial y la que lo sacaría de los amplios problemas económicos, aunque como todo en la vida, los comienzos no son fáciles, pues debe sortear diversos obstáculos para acudir a los entrenamientos y de paso, la poca confianza de sus colegas quienes no creían que pudiera sobresalir. Pero fueron esos comentarios y malos augurios que lo impulsan para salir adelante, siendo entonces su primera competencia a nivel internacional, en 1997, a los 21 años, en Apodaca, Nuevo León, para que dos años después, gracias a su notable desempeño, asista al Campeonato Centroamericano.
LA PLATA
Es en 1999 que logra su clasificación al Campeonato Centroamericano y del Caribe en Bridgetown, en el que se cuelga el oro tras completar el circuito en una hora 20 segundo y 49 segundos.
En los Juegos Olímpicos de Sidney 2000 el mexicano no estaba entre los mejores del mundo y no le daban esperanzas de figurar entre los primeros 20 en cruzar la línea de meta. Y es así como se forja la gran historia, pues contra todos los pronósticos llega en el segundo lugar, colgándose la presea de plata.
Esa fue la última vez que la marcha mexicana logró figurar en el terreno olímpico de 20 kilómetros. Pero todo hacía suponer que luego de tan gran hazaña, los éxitos le lloverían al atleta azteca pero una vez de estar en boca de todos, sus actuaciones vinieron a menos, ya que en el Mundial de Atletismo, celebrado 365 posteriores a subirse al podio en Australia, es descalificado luego de ser amonestado en tres ocasiones en la misma competencia.
Más tarde, en durante la Copa del Mundo de Marcha en 2002 en Turín, Italia, está cerca de volverse a subir a los sitios de privilegio, quedando en el cuarto puesto.
En 2003 participa en la competencia de La Coruña, España y vuelve a quedar en cuarto. Para el 2004, participa en el Grand Prix de Tijuana y por una lesión, no registra un buen tiempo, terminando en el lugar 19. Es en la semana Internacional de Marcha en Ciudad Victoria, que califica a los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 con un tiempo de 1:20.32.
Ya en la competencia en tierras griegas es descalificado y pese a ello a su regreso a México, es designado el abanderado en el Desfile Deportivo del 20 de noviembre, conmemorando la Revolución Mexicana. Posterior a su actividad deportiva, tomó cargos burocráticos en el Estado de México.
En el año 2006 se somete a una operación de rodilla, lo que lo mantiene fuera delas pistas por mucho tiempo, decisión que le impide participar en los Juegos de Beijing 2008 y es entonces que decide retirarse.
Después, el Partido Revolucionario Institucional aprovecha su figura y lo inscribe en el área deportiva en su natal Chimalhuacán, con la intención de que los jóvenes lo tomen de ejemplo.
TRAGEDIA
Posterior a ello, vino la tragedia, pues a finales de diciembre del 2012, es herido de bala en el cráneo luego de un tiroteo en un bar de nombre La Reina de los Reyes, por lo que es trasladado de emergencia al hospital, donde se le practican diversas operaciones para reconstruirle la base frontal del cráneo y debido al impacto de bala, perdió el globo ocular izquierdo y el 70 por ciento de la visión del ojo derecho y además, estuvo en coma por varios días.
El 2 de enero del 2013 logra despertar y los médicos que lo atienden señalan que hay buenos augurios para su recuperación, pues podía mover de forma perfecta las extremidades y atendía las indicaciones de los galenos. El 8 de enero es dado de alta del nosocomio y una semana más tarde, se informa que falleció a causa de un paro cardiorrespiratorio y con ello se extinguió la llama de uno de un héroe que grabó su nombre en las pistas.
Aunque su paso por este mundo terrenal fue breve, Dios consideró tiempo suficiente para que dejara inscrito su legado en la historia, por lo que será recordado gracias a su grandes alegrías que dio a todo el pueblo mexicano que vio en él a un deportista de altos vuelos.