El Madrid se agarra al glorioso pasado futbolístico e incierto potencial técnico de Zizou para relanzar una nave encallada que no logró aprovechar los recientes reveses del Barcelona, rival del Granada, y tampoco alcanzar en el liderato de la liga española al vecino Atlético, que visitará el domingo al Celta de Vigo, actual quinto clasificado.
Tras 18 fechas disputadas, la punta pertenece al Atlético con 41 puntos recaudados por los 39 del Barsa y 37 del Madrid, que empataron ambos la jornada anterior frente al Espanyol y Valencia, respectivamente.
Gracias a su férrea defensa, la menos goleada del campeonato con solo ocho tantos encajados, el Atlético ha ido resolviendo victorias de forma ajustada, la última 1-0 ante el Levante; aunque el Barsa cuenta la ventaja de tener un partido aplazado, relativo a la 16ta fecha contra el Sporting de Gijón, y programado para el 17 de febrero.
El duelo en Vigo enfrentará también a dos entrenadores argentinos, Diego Simeone por el Atlético y Eduardo Berizzo en el bando local, aunque el foco del fin de semana recaerá sobre el banquillo del Madrid, con el debutante Zidane aceptando el reto de liderar la remontada merengue.
El nuevo técnico se mostró ambicioso en su presentación, señalando la conquista de la Liga de Campeones como gran objetivo, y también trazó un ideario de juego en torno al potencial ofensivo de la llamada BBC que integran Karim Benzema, Gareth Bale y Cristiano Ronaldo.
“El objetivo es ganar la Champions, y siempre lo será. Hay que estar cerca de los jugadores y darles ánimo. Mi concepto es jugar desde atrás e ir rápido al campo contrario, tener el balón”, especificó Zidane, quien también resaltó la relevancia de Isco y el colombiano James Rodríguez en sus planes de futuro.
El francés parte con la ventaja del crédito que le otorga el plantel, que exhibió poca sintonía con Benítez desde el inicio, aunque no podrá contar en su estreno con el volante Mateo Kovacic por sanción. Pero el relevo técnico deja en posición comprometida a los futbolistas, ahora con menos margen de error y la difícil misión de convertir en aplausos los últimos abucheos de la hinchada merengue.