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GUADALAJARA, Jal., 14 de febrero de 2024.- Sí pudo haberse evitado, y es que casos como el ocurrido en el Psiquiátrico de El Zapote donde una interna le quitó la vida a otra, ocurren porque no existen lugares adecuados para atender a personas sentenciadas, pero con alguna enfermedad mental, lamentó el presidente del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, Daniel Espinosa Licón.
“El problema en El Zapote es que es un centro no de reclusión, sino un centro de internamiento psiquiátrico y no tienen elementos de seguridad, se requiere que el gobierno del estado de Jalisco construya un centro especial para las personas con un riesgo o peligrosidad para los demás, no lo tenemos al día de hoy, y esto era necesario desde que se creó el Código Nacional de Procedimientos Penales, porque nos imponen a los jueces ya la posibilidad de no tenerlos en centros de reclusión, pero tampoco los podemos tener en los centros médicos porque no hay seguridad y no hay lugar donde tener a las personas que cometen conductas delictivas como homicidios, parricidios, feminicidios bajo el estado inconsciente”.
El magistrado presidente recordó otro caso de hace unos años en Ciudad Guzmán donde un joven le quitó la vida a su hermano, pero al determinar que tenía graves padecimientos mentales, lo sentenciaron a 15 años en un centro psiquiátrico, pero no existen en Jalisco lugares adecuados para ello.
Una de las complejidades es que en los centros de Salud Mental no tienen personal que vigile a este tipo de pacientes y que evite que puedan agredir a alguien o incluso escaparse.
Espinosa Licón consideró que para atender este tipo de circunstancias pudiera generarse una especie de convenio entre el Instituto Jalisciense de Salud Mental, la Secretaría de Salud y la Dirección de Reinserción Social para atender a este tipo de pacientes, y sobre todo, garantizar que tengan el medicamento adecuado con su condición.