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GUADALAJARA, Jal., 29 de mayo de 2022.- Con una fantástica exhibición, el mexicano Sergio Checo Pérez hizo historia este domingo en el Gran Premio de Mónaco, al llevarse la victoria. El piloto de Red Bull largó desde la tercera posición, en una carrera que resultó accidentada y que sufrió por la lluvia, pero al final se llevó la bandera a cuadros en una competencia que no pudo completar el número de vueltas que originalmente estaban pactadas.
Esta fue la tercera victoria para Checo Pérez a lo largo de su carrera en la Fórmula Uno y segunda con el equipo Red Bull. Apenas la semana pasada, en el Gran Premio de España, el jalisciense había tenido problemas con los jefes de la escudería, al terminar en el segundo puesto luego de que le ordenaran ceder la victoria a su compañero Max Verstappen.
Ahora, la gloria entera fue para Sergio Pérez, quien supo aguantar los embates finales de Ferrari y manejó con gran inteligencia el desgaste de sus neumáticos, que le resto potencia en los minutos finales de la competencia. El segundo puesto fue para Carlos Sainz, mientras que Max Verstappen completó el 1-3 para Red Bull, que mantiene la cima en el Campeonato de Constructores.
La lluvia en el principado fue protagonista al hacerse presente, minutos antes del comienzo de la carrera. Eso provocó un retraso en la largada y que algunos equipos cambiaran los neumáticos de sus vehículos para adecuarse mejor a las condiciones. Tras varios minutos de espera, por fin los monoplazas pudieron colocarse en formación.
Sin embargo, Daniel Ricciardo reportó por radio que la visibilidad era peor de lo que habían imaginado. Los encargados de la competencia lo confirmaron y ante el incremento en la intensidad de la lluvia determinaron que no había condiciones para arrancar. El tiempo transcurrió e incluso había incertidumbre sobre si se llevaría a cabo o no el Gran Premio de Mónaco.
Tras más de una hora, por fin los vehículos volvieron al circuito. Nicho las Latifi y Lance Stroll tuvieron un contacto en la primera vuelta. El mexicano Sergio Checo Pérez comenzó en la tercera posición, pero bajó al quinto puesto en el giro número 17, cuando entró a pits para cambiar a neumáticos intermedios, pues poco a poco la pista estaba más seca.
Pero el tapatío se recuperó rápidamente. Para la vuelta 21, aprovechó que Charles Leclerc entró a pits para tomar la segunda posición y ya presionaba al otro piloto de Ferrari, Carlos Sainz. Durante el giro 23, Checo Pérez se apoderó del primer puesto al aprovechar un error de la escudería italiana, que mandó a Leclerc de nuevo a boxes por un error con los neumáticos, mientras que Sainz hizo su primera parada de la carrera.
El Gran Premio de Mónaco ya había demostrado ser accidentado, pero todavía le faltaba algo más. En la vuelta 27, Mick Schumacher perdió el control de su vehículo. La punta del mismo pegó con la pared y el monoplaza comenzó a girar sobre la pista hasta estrellarse en un muro. El automóvil quedó partido por la mitad, pero el piloto de Haas afortunadamente salió ileso.
La competencia entró de inmediato en bandera amarilla y para la vuelta 30 definitivamente la dirección de la carrera ordenó detener, para poder retira el vehículo destrozado y limpiar adecuadamente la pista. Esta pausa se prolongó alrededor de 20 minutos. Las esperas ya habían sido muchas, por eso, al reanudarse el Gran Premio, se determinó que no podrían completarse las 77 vueltas originalmente pactadas y se estableció un tiempo para el final.
Faltando menos 14 minutos para concluir la carrera, Checo Pérez se aferraba a mantener la punta. Pero el rendimiento de su vehículo comenzó a disminuir, debido al desgaste de sus neumáticos, en especial los delanteros. Así, el español Carlos Sainz, de Ferrari, empezó a atacar. Por radio, el equipo Red Bull le pedía al mexicano administrar las gomas para aguantar la posición hasta el final.
El cierre de la competencia fue agónico. Las condiciones se complicaron seriamente para Checo Pérez. A falta de seis minutos para el final, el mexicano ya tenía a Sainz, Verstappen y Leclerc detrás de él. Todos juntos, en una escena dramática. El desgaste de los neumáticos era cada vez mayor. En los pits, los ingenieros observaban nerviosos. No había nada más que hacer.
Serio Pérez aguantó los embates. El desgaste en los neumáticos delanteros le restaba velocidad, pero le permitía seguir saliendo de las curvas con potencia. El cronómetro establecido se terminó y Checo completó con autoridad la última vuelta. Se llevó la bandera a cuadros. Gloria para el mexicano. Extraordinario resultado. Ganó el Gran Premio de Mónaco. Tercera victoria de su carrera en la Fórmula Uno. Un día histórico para el jalisciense