Muchos se preguntan el por qué debería de interesarnos el proceso electoral presidencial estadounidense y la aprobación o no de las medidas a favor de nuestros migrantes indocumentados, que por cierto se cuentan por millones, y la respuesta es sencilla y contundente; Dependemos de ellos.
Las remesas que envían nuestros paisanos, son una vez más y desde hace varios meses, la principal fuente de ingreso de divisas al país. Precisamente este lunes 18 de abril y en lo que se considera como el caso más transcendental sobre inmigración y la separación de poderes en décadas, el Tribunal Supremo escuchó los argumentos a favor y en contra de los alivios migratorios, cuyo desenlace podría cimentar o hundir el legado del presidente Barack Obama en estas lides. Durante una audiencia de hora y media, los ocho jueces vitalicios se enfocaron con sus cuestionamientos en el caso “Estados Unidos vs. Texas” sobre la legalidad de la demanda entablada por Texas y otros 25 estados que mantienen una abierta oposición a los alivios migratorios para casi 5 millones de indocumentados, y que mantienen profundas diferencias ideológicas en torno a las medidas.
Para la Administración Obama y sus aliados en el Congreso y en la comunidad inmigrante, el único desenlace favorable en junio próximo, tras el fallecimiento del juez conservador, Antonin Scalia, sería que una mayoría –5 o más jueces- decida que los 26 estados demandantes no pueden impugnar los alivios migratorios ni entrometerse en cómo el gobierno federal hace cumplir las leyes de Inmigración.
Los cuatro jueces de corte progresista, incluyendo la jueza Sonia Sotomayor, de origen portorriqueño, sugirieron que la demanda no tiene mérito legal, sin embargo, a juzgar por las preguntas de los cuatro jueces conservadores, no está claro cuál será el fallo en junio próximo, cuando quedarían sólo 7 meses en el mandato de Obama. Un empate de 4-4 dejaría en pie la suspensión de los alivios migratorios mientras el asunto se resuelve en los tribunales de menor instancia.
Obama no pudo cumplir su promesa de una reforma migratoria integral, y anunció los alivios migratorios el 20 de noviembre de 2014 debido a la inacción del Congreso.
Sea cual sea el fallo, éste tendrá un impacto no sólo en la contienda presidencial sino también en el legado de Obama con la comunidad inmigrante, ya que el ángulo ambivalente del primer presidente de raza negra estadounidense en torno a la problemática migrante, muestra al programa de acción diferida (DACA) de 2012, que ha beneficiado a más de 700,000 jóvenes “Soñadores”, pero al mismo tiempo, su gobierno ha deportado a más personas que ningún otro, con 2,5 millones de indocumentados desde 2009, y continúa expulsando a quienes huyen de la violencia en Centroamérica.
Los principales precandidatos presidenciales republicanos, Donald Trump y Ted Cruz, han usado la política migratoria de Obama para sumar votos entre los conservadores, prometiendo estrechar el cerco contra los indocumentados y eliminar los alivios migratorios si son avalados por el Tribunal Supremo, al tiempo que los activistas pro-inmigrantes esperan que, si el fallo va en contra de Obama, eso movilice a los hispanos a emitir un voto de “castigo” contra los republicanos, y los priven de una victoria presidencial o del control del Congreso.
Del lado demócrata, Hillary Clinton y el senador independiente por Vermont, Bernie Sanders, han prometido defender y ampliar los alivios migratorios.
Como sea, la eliminación de los alivios migratorios por un presidente republicano, una vez que se hayan expedido permisos de trabajo y estatus legal temporal, desataría una tormenta política de enormes proporciones y terribles consecuencias para México.