![](https://jalisco.quadratin.com.mx/www/wp-content/uploads/2024/06/53813456558_f1a9626e10_o-scaled-107x70.jpeg)
Realizan limpieza dental infantil y para adultos en DIF Zapopan
GUADALAJARA, Jal., 23 de octubre de 2022.- Los hechos violentos de la última semana son una prueba del creciente clima de venganza y el interés del crimen organizado de controlar ciertos puntos, lamentó el arzobispo de Guadalajara, cardenal José Francisco Robles Ortega.
“Se ha dado en lugares donde convive gente inocente que se reúne por diferentes motivos, para convivir, descansar, compartir, es muy grave, porque se están robando los espacios que la sociedad, que las familias deberían de tener para una sana convivencia”.
Dijo que, aunque no son hechos generalizados en toda la zona metropolitana, sí generan un ambiente de preocupación en la sociedad, las personas ya no salen con la misma libertad y confianza, lo cual afecta el ánimo que se vive en la ciudad de manera negativa.
“No se trata de culpar a las instancias federales, municipales, estatales, todas tienen un deber de ofrecer garantías de la integridad en las personas y en nuestros bienes.”
Insistió en que, aunque los números que comparten las autoridades hablan de reducción en los delitos, hay un sentimiento de cansancio, de sentirse en riesgo todo el tiempo y a merced de los criminales.
“Por qué hemos llegado a ese punto, de tener que ajustar cuentas matando, por qué hay que arreglar los asuntos de la índole que sea, quién nos da la autoridad de eliminar vidas, por qué todo se arregla matando, y no sólo a la persona que es el objetivo, sino arriesgando a personas que nada tienen que ver, por qué llegamos a ese punto de tanto irrespeto a la vida”, cuestionó.
Por otro lado, Robles Ortega dijo no tener reportes de daños en algún templo católico perteneciente a la Diócesis de Guadalajara como resultado del paso del huracán Roslyn.
Sobre la efervescencia electoral que ya se siente pese a que los comicios son hasta 2024, el prelado tapatío consideró que las autoridades electorales deben poner orden en quienes ya se andan promoviendo y no respetan las leyes.