GUADALAJARA, Jal., 17 de enero de 2021.- Mientras que unos curan el cuerpo, otros cuidan el alma, es el caso del padre Felipe Barajas, quien desde hace un par de semanas comenzó en su ministerio sacerdotal, un nuevo servicio, cuidar el alma de aquellos pacientes, víctimas de la pandemia del Covid 19.

“El servicio espiritual es un derecho que el familiar o el paciente puede pedir en los hospitales públicos, como sacerdote yo soy consciente del servicio espiritual y puedo llevar ese alivio, pero pues es a Dios al que llevo para que él pueda sanar a través de los sacramentos. Es muy importante llevar esperanza a través de la palabra de Dios y las palabras humanas que inspiradas por Dios dan esperanza y animan al enfermo, cuando van pasando los días, cada experiencia que se vive ha enriquecido la visita, ahora el servicio lo he sentido más completo”, detalló el padre.

La lucha es constante, la saturación en los hospitales de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), ha provocado que se modifiquen algunas áreas para convertirlas exclusivamente para la atención de esta enfermedad.

“En los hospitales, existe una saturación debido al incremento del número de enfermos graves, los hospitales han tenido que abrir nuevas salas y capacitarlas para atender solamente pacientes enfermos de Covid 19, se ha llegado al grado de seleccionar la verdadera gravedad, porqué hay personas dentro de un hospital cuando en casa pueden tener los cuidados suficientes, también hay hospitales llenos, y tienen que invitar a las personas a llevar a sus enfermos a otros hospitales, porque realmente no hay espacio”, detalló.

TODOS AYUDAN

No ha sido nada fácil luchar contra esta enfermedad que ha matado a tantos Jaliscienses, en cada unidad médica con esta área le hacen falta manos, es por eso que desde personal de limpieza, hasta los propios doctores han tenido que realizar toda aquella labor que ayude a mejorar la salud del paciente.

“El personal de limpieza, los enfermeros, doctores, han llegado al grado de hacer de todo un poco, desde checar monitores, entregar comida, hasta cambiar pañales, conectando respiradores, acomodando el oxígeno, son muchas las tareas que realizan y alcanzo a notar, debido a todo esto el cansancio físico y emocional, algunos de ellos me comentan incluso su deseo de que esto termine pronto por el estrés de ver cerca esta situación que es deprimente, los pacientes, el personal médico se ve triste en ocasiones yo he visto hasta lágrimas cuando algún paciente se les muere, y claro, entiendo que es por la impotencia de saber de qué por semanas estuvieron desgastándose y protegiéndose para que al final sucediera esto”, añadió.

Pareciera que sólo en las películas de terror sucede esto, pero para el padre Felipe, esta escena, dónde se debe colocar el equipo de protección para poder entrar a lo que le llaman los Covitarios sólo eran posibles en las películas de suspenso.

“Cuando uno se pone el equipo de protección, pareciera una película de terror en cuarta dimensión, todos están entubados y es muy triste ver a una persona en esa situación, personal me han contado, que han tenido pesadillas de que están en esta situación, boca abajo, con respirador y realmente se ve el miedo y el estrés de que puedan enfermarse ellos o algunos de sus familiares, puesto que ellos debe regresar a casa, todos los días”, añadió Felipe Barajas.

Cuidar al enfermo, darle esperanza de vida, ayudar a levantar el ánimo, la esperanza de ganar esta batalla se ha perdido, es la labor que todos los días, el padre Barajas enfrenta en este servicio.

“Regularmente surge una queja, por la situación en la que están, posteriormente les digo: ‘sí quieren hacer oración’, la mayoría dicen que sí, pero hasta este momento no me presento como sacerdote, al fin que con él traje de protección todos nos parecemos ahí adentro, después pregunto, ¿son católicos? Sí responden que sí me presento como sacerdote, muchos de ellos cuando digo esto se conmueven hasta soltar las lágrimas, posteriormente les ofrezco la Unción de Enfermos, con mi celular les leo algunos versículos de la biblia, la palabra de Dios donde se muestra Jesús sanando y al final les digo que les llevo el mejor regalo, ‘es Jesús que quiere sanarte interiormente, físicamente y si tienes fe, él te regresará tú salud física, Jesús viene acompañarte él es misericordioso, no le importa si te catalogas como buena o mala persona, si pecas o te portas bien, a él le importa porque eres tú, y el viene alimentarte para fortalecerte espiritual y físicamente porque sabe que lo necesitas para que te tengas vida”, expuso.

Felipe, no sólo alienta a aquellos que profesan su fe, también anima a quienes sus creencias son distintas a las suyas, puesto que la esperanza no se inclina a ninguna doctrina en especial.

“Si no son católicos platicamos de su familia o una pregunta sobre lo que han pensado en los días que han estado ahí en el hospital, cómo la han pasado o qué piensan hacer después de salir de ahí, algunos de esos proyectos que tienen inconclusos y tratan de vivir con su familia, yo trato de animarlo diciéndoles que sus seres queridos los esperan en su casa, aunque muchos de ellos ya no los vuelven a ver ni realizar sus proyectos, o sus deseos que tenían, porque me voy enterando al final fallecieron, pero la mayoría de los no católicos también reciben la bendición”, añadió.

Este superhéroe trae consigo un arma valiosa, la medicina que todo lo puede cuando se tiene fe, a Jesús en la eucaristía.

“Me siento realmente valioso en ocasiones me siento como superhéroe porque como todos, como los superhéroes me pongo un traje, en el que nadie me ve, nadie sabe mi identidad, pero coopero con las personas que para mí son los héroes de un siglo XXI, incluso muchos de ellos, de estos héroes a han entregado su vida y han muerto para sanar y salvar almas”, expuso.

Ayudar, servir, alentar es lo que le esta pandemia le está dejando como aprendizaje al padre Felipe, puesto que tener salud en este tiempo, es una gran bendición.

“Es una experiencia que me está dejando, primeramente una sensación de importancia porque creo que quisiera estar en todos los hospitales y estar con todas las personas que necesitan una visita humana o espiritual es una excelente experiencia, realmente me siento contento y feliz de poder ser parte de quienes están en la primera línea en esta guerra contra un virus, diminuto pero poderoso, que he visto que ha toda la gente que ha mandado a la cama y a los que también pues les ha dado la muerte, el saber que estoy haciendo algo en este servicio de mi ministerio, tener esta experiencia de encuentro con el sufrimiento, la desesperación, la muerte, la tristeza”, concluyó.