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CIUDAD DE MÉXICO, 25 de abril de 2021.- Aunque se llegó a pensar que la salida del Reino Unido de la Unión Europea, conocida como BREXIT, sería contraproducente, en los hechos se ha demostrado que fue benéfico para la Unión Europea y Gran Bretaña; en la relación con México se fortalecieron los lazos comerciales.
En lo anterior coincidieron la Embajadora del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte en México, Corin Robertson; el director de la Facultad de Derecho (FD) de la UNAM, Raúl Contreras Bustamante; la presidenta del Colegio de Profesores de Derecho Internacional Público, Norka María Cristina López Zamarripa; y la titular del Seminario de Derecho Internacional, Lourdes Marleck Ríos Nava.
Durante su conferencia magistral “Perspectivas comerciales del Reino Unido tras el BREXIT”, la diplomática aseguró que México es importante como socio y defensor de ideas afines de libre comercio y de orden internacional basado en reglas y un actor clave en el G20, por lo cual recientemente ambas naciones suscribieron el Acuerdo de Continuidad Comercial, a fin de mantener el acceso preferencial en el intercambio.
“Con el objetivo de mejorar más la relación comercial con México, incluimos una cláusula de revisión dentro del Acuerdo de Continuidad, mediante la que nos comprometemos en iniciar las negociaciones para un nuevo acuerdo comercial, más ambicioso y moderno en los próximos 12 meses, el cual, junto con la futura adhesión al TIPAT (Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico), constituye una plataforma sólida a partir de la cual potenciaremos las relaciones comerciales entre nuestras dos naciones”.
Robertson recordó que México es uno de los países con los cuales Reino Unido coopera, especialmente en áreas de salud, anticorrupción, inversión en empresas emergentes, al igual que con el Fondo Climático Internacional; Fondo Newton, y el programa de becas Chevening.
En tanto, los especialistas de la FD estimaron que el país europeo trabaja de manera intensa para establecer nuevos tratados comerciales en el corto plazo y dar certidumbre a los acuerdos previos al BREXIT.
Para el director de esta entidad académica, Raúl Contreras Bustamante, el lema con el cual trabaja ahora el Reino Unido (Fuerza para el bien del mundo) es un motivador que otros países podrían adoptar, pues es necesario laborar en la nueva realidad para reestablecer la economía y las relaciones internacionales, además de mantener y fortalecer el Estado de derecho.
“Interesa mucho la posición del Reino Unido sobre el cambio climático, es algo en lo que el mundo debe trabajar y la pandemia nos vino a demostrar que los hombres estamos terminando no solo con muchas especies, sino con el medio ambiente”, comentó.
En tanto, Lourdes Marleck Ríos Nava, titular del Seminario de Derecho Internacional, dijo: el BREXIT no representa una enemistad, sino una amistad que esa nación ha refrendado con la Unión Europea y con las demás naciones, mediante modalidades de trabajo.
“Para México tener una buena relación diplomática generará que se sigan fomentando los lazos de comercio, abrir un nuevo mercado para dirigir nuestros productos y que los de Gran Bretaña lleguen a nuestro territorio”, añadió Marleck Ríos Nava.
A su vez, López Zamarripa, presidenta del Colegio de Profesores de Derecho Internacional Público, recordó que Reino Unido y México tienen una relación de amistad histórica, toda vez que fue una de las primeras potencias europeas en reconocer la soberanía de nuestro país, lo cual se reafirmó en 1826 mediante la celebración de un acuerdo de comercio y navegación.
“La actual cooperación anglo-mexicana debe atender los complejos altibajos de un mundo aquejado por la pandemia del COVID-19, así como los retos que nos depara una vez superado este importante desafío, entendiendo que los pueblos únicamente podremos construir un futuro próspero a través de la cooperación internacional y el desarrollo sustentable para ambas naciones”, acotó la también profesora de la FD.
La experta en leyes consideró que uno de los retos a enfrentar es generar una economía resiliente tras la pandemia, con miras a cumplir el objetivo número ocho de la Agenda 2030, que impulsa la Organización de las Naciones Unidas.