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GUADALAJARA, Jal., 3 de octubre de 2019.-Las mascotas han acompañado a los seres humanos desde el inicio de los tiempos. Perros, gatos, caballos o aves ofrecen afecto, solidaridad, consuelo, alivio, agradecimiento amor y apego. El cariño va más allá de compartir el hogar: con ellos se edifica una relación estrecha, comunicativa, cotidiana, simbiótica e íntima.
«Vivas solo o no, seas viejo o un niño o tengas una familia grande o chica, la mascota puede convertirse en un integrante más del hogar e incluso puede llegar a ser el más querido. ¿Por qué? Porque un animal puede reflejar en el ser humano la armonía, la paz y la fidelidad que a veces no entregan los hombres y las mujeres. Para los niños pueden ser aliados de juego, un ser viviente que los acompaña incondicionalmente», explicó la Mtra. Susana Salazar Gómora, psicóloga de adolescentes y familia de CEEPI.
De esa forma, la especialista comentó que la compañía animal es fundamental en niños que padecen procesos de duelo: «En gente con cuadros de depresión crónica, introversión, y claro, en adultos de edad avanzada que han sufrido la pérdida su cónyuge o el abandono de sus hijos, las mascotas tienen un efecto moral maravilloso. También puede ayudar en procesos de duelo: cuando los niños pierden a uno de sus padres o hermanos y claro, en procesos de divorcio, pueden aminorar la ansiedad y la depresión. Ocupa al cerebro humano en otro objeto y por lo tanto, le hace salirse de sí mismo, factor determinante para no estar deprimido», dijo.
A decir de la especialista los animales en general y más aún los de tipo doméstico, pueden otorgar hábitos y disciplina en los niños y adolescentes: «Al asumir la responsabilidad de tener una mascota, desaparece en ellos cierto sentido de soledad y logran la construcción de seres más confiados, son en definitiva una buena compañía que aleja los períodos de depresión leve».
En suma, las mascotas son altamente recomendables para personas que sufren padecimientos de depresión y otras enfermedades emocionales crónicas, como puede verse enseguida:
* Disminuyen el sentimiento de soledad: las mascotas estimulan el contacto físico y la comunicación; casi todos los niños y adultos le hablan a su mascota; se desarrolla la sensación de no ser juzgado.
* Analogía de la sexualidad humana. Al ver ciclos de celo, reproducción sexual de las mascotas, alumbramiento y crianza de cachorros, funcionan para los niños como una excelente analogía de lo que son los ciclos sexuales y reproductivos.
* Incrementan la autoestima: los cuidados que demandan las mascotas hacen que la persona se sienta útil. Son una fuente de motivación para los niños.
* Liberan el estrés: estudios realizados en personas que poseen mascotas y otras que no tienen, revelan que el primer grupo tiene estados de ánimo más altos y periodos menores de depresión.
* Mejoran el sentido del humor: ellos son una fuente de alegría y diversión para toda la familia, y con su compañía nos enseñan a disfrutar de las cosas sencillas de la vida.
* Ayudan a estar en forma: los perros necesitan caminar y hacer ejercicio diariamente. Compartir ese espacio con la mascota hace que tanto ella como su dueño se mantengan saludables.
* Fomentan la responsabilidad. Cuidar a otro ser vivo implica fomentar hábitos y amor a la naturaleza, así como a todo ser vivo.