GUADALAJARA, Jal., 18 de junio de 2019.-Mientras jueces y magistrados están inconformes con la Reforma al Poder Judicial que elimina el haber de retiro y obliga exámenes de Control y Confianza, los cerca de 1200 empleados de base siguen  sin recibir el pago inflacionario de este año, por lo que podrían convocar a paro, advirtió el líder del   Sindicato Unión de Trabajadores, Tomás Ulises Pedroza Abitia.

«Pues resulta que el pago inflacionario es nuestro reto a vencer, pago que año con año en los sectores públicos y privados es una obligación ya que llegan nuevas tarifas en la Canasta básica, hidrocarburos, gas, agua y pensiones del estado siendo que a este último, pensiones del estado, a principios de año el gobernador envió una cantidad considerable a los trabajadores de base de esta institución en donde el Consejo de la Judicatura por medio de quienes manejan los dineros del poder judicial enviaron este capital a Pensiones del estado.»

Incluso relató algo que ocurrió, como simple ejemplo de las irregularidades que pueden estar ocurriendo con los recursos de este poder, al momento de cambiar un tóner de impresora, se dieron cuenta que pagaron por él 2900 pesos, cuando el precio no supera los 300 pesos, dijo que si realizaran una auditoría y recuperaran esos recursos que “se fugan” podrían pagarles a los trabajadores las prestaciones que les deben, o ya al menos arreglar el edificio.

Filtraciones de agua, levantamiento de pisos, escurrimientos y un tercer nivel inconcluso ponen en riesgo a quienes laboran en la Ciudad Judicial estatal, tampoco existen protocolos de evacuación aunque hay dictámenes de Protección Civil de Zapopan, advirtió el líder del Sindicato Unión de Trabajadores, Tomás Ulises  Pedroza Abitia.

«Y nos están diciendo que es deplorable, que es una situación en la que Ciudad Judicial marcan varios puntos y no nos dan una viabilidad, sin embargo aquí seguimos, el mayor riesgo es la seguridad de todos en el sentido de que el ala norte de Ciudad Judicial se está cayendo, se está desplomando, los vidrios se están quebrando, las tuberías explotan, hay filtraciones de agua.»

El pasado 7 de junio el edificio tuvo que ser desalojado por una falsa alarma de bomba, sin embargo, Pedroza Abitia confirmó que no existen protocolos ni orden para ello, porque una persona corriendo por los pasillos gritando que se salgan porque hay una bomba no es un protocolo.