Transparencia, el reto de la transición al Inegi y la reforma necesaria
MORELIA, Mich., 22 de diciembre de 2018.-Tras casi cuatro años y medio de estar recluido en prisión por presuntos vínculos con el ex líder templario, Servando Gómez, La Tuta, la madrugada de este sábado el ex gobernador, Jesús Reyna García salió libre del penal de Mil Cumbres.
De acuerdo a los reportes, el también ex dirigente estatal del PRI abandonó el penal de mediana seguridad, David Franco Rodríguez, alrededor de las 3.55 horas de este sábado, luego de que la Procuraduría General de la República retirará los cargos de delincuencia organizada que pesaran sobre uno de hombres más prominentes de la vida política en la entidad.
Reyna García fue detenido en abril del 2014 en Casa de Gobierno, a un llamado del Gobernador de ese entonces, Fausto Vallejo Figueroa, quien lo conminó a entregarse a la justicia federal, luego de que trascendiera un vídeo donde recibía órdenes del líder criminal, junto con el también dirigente transportistas, José Trinidad Martínez Pasalagua, libre también.
Fue hasta mayo de ese mismo año en que un juez federal liberó la orden de aprehensión contra el ex funcionario y fue sacado de su arraigo con la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Siedo) y encerrado en el penal del altiplano.
Desde su detención, Reyna García se declaró un preso político, víctima de una venganza del entonces Comisionado para la Seguridad y Desarrollo Integral de Michoacán, Alfredo Castillo Cervantes.
Durante los últimos meses, el también ex jefe de los diputados locales y federales del PRI, se acogió a la propuesta de Morena que tiende a liberar a todos aquéllos que están en las prisiones del país y se consideran presos políticos.
Reyna García, nicolaita de origen y con 66 años, encabezó el gobierno interino de abril a octubre del 2013, luego de que el titular del Ejecutivo estatal de ese tiempo, Fausto Vallejo Figueroa, fuera sometido a una operación quirúrgica.
Eran los tiempos en los que el Cártel de los Caballeros Templarios mantenían la hegemonía criminal en la entidad y se erguían como un poder paralelo.