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CIUDAD DE MÉXICO, 22 de noviembre de 2020. — La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) emitió una postura sobre el primer aval legislativo a la legalización de la marihuana, donde reprocha que se ignore al débil y se imponga el interés de unos cuantos por encima del bien general de la salud.
En una carta emitida este domingo, los obispos de la CEM lamentan la decisión que se tomó por los legisladores en el Senado de la República, donde se aprobó un dictamen que legalizaría ampliamente el uso recreativo y la comercialización del cannabis, del cáñamo y de sus derivados en nuestro país, respaldo que pasa ahora a la Cámara de Diputados para su análisis.
En la misiva, los jerarcas de la Iglesia Católica manifiestan su inconformidad y destacan como “legítimas preocupaciones” este paso, toda vez que perciben un riesgo grave no sólo para los consumidores sino para el resto de la población.
“El problema no es poner reglas y condiciones para el uso de la marihuana. Lo que vemos más bien es un cambio sustancial en nuestra capacidad de ser solidarios y pensar en el bien de los demás como un bien para nosotros mismos. Se abandona una política de promoción y protección de la salud para satisfacer los intereses de unos pocos. La salud y el bien común dejan de constituir un bien prioritario, y ceden su lugar a los gustos de individuos aunque pudieran causar un daño a terceros”, señala el escrito.
“Importaron más los reclamos de libertad sin responsabilidad de algunos pocos, por encima del bien general de la salud. Importaron más los anhelos individuales de un grupo y se pagó el precio de las consecuencias para todos, pero sobre todo para niños y jóvenes. Importó más la indiferencia de unos que la corresponsabilidad colectiva por el bienestar de la mayoría”, agrega.
La CEM resalta que la iniciativa aprobada hasta ahora, no atiende los daños a la salud surgidos por el consumo de la marihuana, ni contribuye a disminuir el consumo de estupefacientes.
“Vemos una señal de una política de Estado que ignora al débil y descarta a quienes deberían ser más tutelados. La legalización de un estupefaciente, sea este u otro, significa voltear la vista e ignorar las necesidades reales de la sociedad, y más aún en el contexto actual de la pandemia de Covid 19, la crisis económica y la crisis de inseguridad”, refieren.
“Como ciudadanos, exhortamos a los diputados del Congreso de la Unión a que se realice un análisis integral que modifique la iniciativa de modo que se privilegie la salud y la seguridad públicas, y se atienda al bienestar de los ciudadanos y de las familias que se ven afectados por estas y otras sustancias”, piden los obispos.
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