
Celebran en El Arenal Mes de la Juventud con diferentes actividades
GUADALAJARA, Jal; 2 de septiembre de 2025.- En un hallazgo que podría cambiar la manera en que se estudia la evolución en México, investigadores del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA) de la Universidad de Guadalajara (UdeG) descubrieron en el estado de Jalisco restos fósiles de insectos y de una araña que vivieron hace entre 3.6 y 5.3 millones de años.
Los fósiles fueron descubiertos en una zona poco estudiada del poniente del Área Metropolitana de Guadalajara, precisamente en las inmediaciones del Cerro de la Col, dentro de la Sierra de Tesistán, ubicada en el municipio de Zapopan, Jalisco.
Esta área, de origen volcánico, habría formado en el pasado una cuenca lacustre donde los organismos quedaron atrapados en sedimentos finos, lo que contribuyó a su extraordinario nivel de conservación.
Lo sorprendente de este descubrimiento no es únicamente la antigüedad, sino el nivel de conservación.
Los ejemplares conservan alas, patas e incluso detalles microscópicos de los ojos, lo que permitirá a los especialistas realizar estudios mucho más profundos con fósiles fragmentados.
Según explicó el paleontólogo José Luis Ruvalcaba, miembro del equipo de investigación, “en México se habían encontrado fósiles de este nivel de detalle prácticamente solo en el ámbar de Chiapas. Ahora, Jalisco se suma con un material completamente distinto: piedra caliza”.
El hallazgo se realizó en formaciones sedimentarias de caliza, un tipo de roca que rara vez conserva fósiles con tanto detalle.
El equipo de la UdeG considera que las condiciones ambientales de la región hace millones de años fueron determinantes para que los restos quedaran atrapados y protegidos de la degradación.
Potencial científico
La conservación de tejidos tan delicados abre la puerta a nuevas investigaciones en paleobiología.
“El poder observar estructuras como venas en las alas o la disposición de los ojos nos permite no solo identificar especies, sino entender cómo interactuaban con su ambiente”, añadió la investigadora María Fernanda Jiménez, especialista en biología evolutiva.
El descubrimiento también ofrece la posibilidad de reevaluar la historia natural de la región. En la actualidad, la cuenca de Jalisco donde se hallaron los fósiles es árida, pero hace millones de años fue un ecosistema con abundante agua y vegetación, lo que explicaría la presencia de insectos voladores y arácnidos.
Comparación con otros hallazgos
Hasta ahora, los fósiles más detallados de insectos en México provenían del ámbar de Chiapas, donde insectos quedaron atrapados en resina hace más de 20 millones de años.
El nuevo yacimiento en Jalisco demuestra que existen otras condiciones geológicas capaces de preservar organismos con gran fidelidad.
Especialistas internacionales consultados por el portal Gizmodo en Español calificaron el hallazgo como “excepcional”, y destacaron que podría cambiar la manera en que se estudian las interacciones ecológicas del Plioceno en Norteamérica (es.gizmodo.com).
Próximos pasos
Los fósiles se encuentran actualmente bajo análisis en laboratorios de la UdeG, donde se están utilizando técnicas de microscopía electrónica y modelado 3D para registrar cada detalle antes de su exposición pública.
Se prevé que, una vez concluida la investigación inicial, sean exhibidos en el Museo de Ciencias Ambientales de Guadalajara.
El hallazgo, más allá de su importancia científica, coloca a Jalisco en el mapa internacional de la paleontología y refuerza la necesidad de proteger las zonas donde aún podrían encontrarse más restos.
“Este es apenas el inicio —subrayó Ruvalcaba—. Lo que hemos encontrado sugiere que hay un potencial enorme por descubrir en nuestro propio territorio”.