GUADALAJARA, Jal., 27 de octubre de 2019.-El camino hacia el inframundo de los muertos se representó en el Festival Mictlán, en San Juan Evangelista, poblado del municipio de Tlajomulco. Las calles de la localidad ribereña de la Laguna de Cajititlán se vistieron con la flor de cempasúchil para marcar el recorrido de un féretro que fue llevado por una catrina vestida de escaramuza y un charro negro.

El cajón de madera iba sobre una carreta que era jalada por un burro. Detrás un grupo de mujeres y hombres adultos mayores, quienes vestidos de negro cantaban plegarias para el difunto. Eran acompañados por jóvenes charros y escaramuzas pintadas de la muerte. La música no faltó y el avance se conocía con los cohetes de pirotecnia.

La peregrinación inició en las orillas de la Laguna de Cajititlán y concluyó a las afueras del templo de San Juan Evangelista. Así dio inicio el Festival Mictlán en su quinta edición, realizado con el objetivo de conmemorar el día de muertos. Al respecto habló Salvador Zamora Zamora, presidente municipal de Tlajomulco.

“Además de la celebración del Día de Muertos que hoy es patrimonio de la humanidad, aprovechamos también para explotar toda la actividad turística que tenemos, el patrimonio cultural, histórico de nuestro municipio de Tlajomulco. La laguna de Cajititlán es parte de la ruta franciscana que es parte de nuestra historia y alimentan nuestras tradiciones”.

Lo más llamativo para los asistentes fue el templo franciscano de San Juan Evangelista que aún conserva el panteón en el atrio. Cada una de las tumbas fue adornada con flores de cempasúchil, veladoras, fotografías, papel picado. El ambiente de la celebración a la muerte se vestía con catrinas.

En el Festival Mictlán se presentaron el Ballet Folclórico Nuestro México, el Zaico Circo, además se realizaron concursos de disfraces, catrinas y arreglo de tumbas.  Se presentaron la Banda Municipal de Tlajomulco y el grupo musical Los Hijos de la Malinche que se acompañó del grupo folclórico Ballet Nuestro México. Y el cierre fue con pirotecnia en la plaza y un castillo.

Para comer se ofreció gastronomía mexicana, bebidas típicas como mezcal, cerveza artesanal, tepache y tejuino.