
Disfrutan 7 mil personas de la cuereada en San Martí de las Flores
GUADALAJARA, Jal., 5 de abril de 2020.- La pandemia del Covid 19 tiene una particularidad que la distingue de cualquier otra crisis sanitaria que haya azotado al mundo en el pasado. La diferencia es el rol que juegan las redes sociales y el impacto que ellas generan en las personas.
Potentes plataformas digitales capaces de viralizar en segundos, y en todas partes del mundo, información valiosa, pero, también, argumentos falsos que amenazan a la población, en cuanto las personas validan como ciertos datos que, en realidad, nadie corroboró.
Al compartirlos casi de manera automática, con un simple clic, se alimenta la red de engaño y se nutre una trama desinformativa de contenidos no verificados altamente peligrosa para la población mundial.
La viralización de estas piezas pone en riesgo la seguridad de las personas que deciden cómo actuar frente al coronavirus en función de argumentos incorrectos y en muchos casos, falsos.
La solidaridad y el cuidado de los demás, no significa, solamente, cumplir con las normas de sanitarias sugeridas por las autoridades de cada país.
La responsabilidad cívica y la garantía al acceso a la información supone:
1.- Cuidar la información de calidad.
2.- Impulsar los hábitos que protegen el prudente tráfico de datos en el mundo digital.
3.- Prestar atención a los contenidos que cada persona recibe y replica desde sus teléfonos móviles, en formato de audios, cadenas de textos o aparentes noticias periodísticas.
4.- Mantener la calma frente al bombardeo informativo y ser cauteloso: amplificar aquellos contenidos que están verificados por fuentes confiables de información. Y sobre todo, generar conciencia.
Para la UNESCO, como organización promotora de la libertad de expresión y el acceso a la información de calidad y basada en evidencia, en alianza con el PNUD, lanza una serie de contenidos digitales, con recomendaciones para que los ciudadanos verifiquen los contenidos que vienen consumiendo durante la pandemia.