
Destacan importancia de atender salud mental de manera multidisciplinaria
GUADALAJARA, Jal., 9 de abril de 2023.- El consumo de la cantidad adecuada de agua simple de acuerdo al peso y la talla de cada persona, es fundamental para prevenir cuadros de deshidratación durante la temporada de calor.
El jefe de la Oficina de Deporte y Cultura Física del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, César Alberto Navarrete Hernández, explicó que, posterior a una jornada de activación física, los músculos producen calor, fenómeno que debe contrarrestarse para mantener la temperatura corporal.
“El agua sirve como transportador de calor a través de la sangre y también como refrigerante, es decir, elimina el exceso de calor a través de la evaporación de sudor en la piel. La actividad física hace que los requerimientos de agua aumenten de forma paralela a la pérdida de sudor; si no se satisface este aumento, el organismo puede entrar en estado de deshidratación”, detalló.
El especialista destacó la importancia de cuidar la hidratación durante el ejercicio, pues si no es buena aumenta el ritmo cardiaco, entre otros efecto adversos. Síntomas de una deshidratación leve son: sed, dolor de cabeza, debilidad, mareo, fatiga y somnolencia.
En este sentido, Navarrete Hernández detalló que la hidratación debe considerarse incluso antes de iniciar la actividad física, y si esta se lleva a cabo con regularidad, como en el caso de los deportistas, además de agua simple contemplar la ingesta de bebidas isotónicas, ricas en hidratos de carbono.
“Con esto se facilita el transporte de nutrientes, vitaminas y minerales a través del organismo; se activan las enzimas esenciales para suministrar la energía que necesita el cuerpo; se favorece la eliminación de impurezas y toxinas de organismo, se lubrica y proporciona soporte estructural a los tejidos y articulaciones”, puntualizó.
Señaló que la hidratación ideal es continua y comienza con un vaso de agua desde las primeras horas de la mañana y que hay que considerar el mínimo consumo de líquidos procesados como refrescos o jugos embotellados en cada comida. La cantidad diaria de consumo de agua oscila entre los dos y tres litros, de acuerdo a la complexión de cada persona.
“No hay que esperar a tener sensación de sed, hay que beber principalmente agua antes que otras bebidas, lo mismo que aumentar el consumo de frutas y verduras porque son alimentos muy ricos en agua y que también contribuyen a hidratar el organismo. Se considera que estamos deshidratados cuando se presentan algunos de los siguientes síntomas: Tener mucha sed, boca seca, orinar y sudar menos de lo habitual. Recordemos que el alcohol, el café y las bebidas con gas deshidratan”, finalizó.