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PUERTO VALLARTA, Jal., 10 de mayo de 2020.- Carolina, es una joven madre, empresaria y periodista que se multiplica para realizar un sinfín de actividades durante esta contingencia sanitaria, logrando darse el tiempo para ayudar a las personas más necesitadas.
Carolina Marisol Gómez Aguiñaga, Caro como todos le llaman, es una joven madre que durante esta pandemia tomó la decisión de anteponer poner la salud de su hija y su madre para cuidar de ellas en estos tiempos del coronavirus.
Periodista de profesión, día a día lleva las noticias a los vallartenses a través de la radio La Patrona, al momento que encabeza empresa personal de decoración de interiores y realiza la más importante actividad de su vida, cuidar a Camila, su pequeña hija de apenas tres años.
Una vez que comenzó la contingencia sanitaria, Caro tomó la decisión de sacar de la guardería a su hija para no exponerla, por lo que se apoyó de su madre para cuidar de Cami, ese pequeño torbellino que es el motor de su vida.
«Desde el principio decidimos no llevarla (a la guardería), mi mamá era la que la cuidaba mientras yo iba a trabajar a la radio», comenta Caro.
Así fue al principio, pero desde hace dos o tres semanas en la radiodifusora se decidió que como empresa se trabajará vía telefónica, reporteando a distancia, dado el riesgo que implica este oficio.
«En mi caso yo sí me he tomado muy en serio la contingencia, pues mi madre tiene 63 años de edad, mi hija tiene tres años y son parte de los grupos de riesgo. Por eso no podía atreverme a estar tanto tiempo en la calle, cuando yo puedo ser quien las contagie del virus, por eso cuando salgo, lo hago con mucha precaución, usando mi tapabocas, mi gel antibacterial».
Desde hace unas semanas, al ver la difícil situación económica por la que pasan miles de vallartenses, Caro comenzó a recabar víveres para crear despensas y regalarlas a las personas que lo necesiten.
ácido ya decenas de despensas que han ayudado a paliar a igual número de familias esta situación, toda vez que, con el cierre de hoteles y restaurantes, miles de personas se han quedado si la manera de llevar el sustento a sus hogares.
Debido a que su pequeña hija se la ha pasado durante toda esta contingencia en casa, Caro ha creado una rutina para que Cami realice una serie de actividades y no se aburra. Tiene su hora de juego, de actividades recreativas, de comida, siempre buscando que la pase lo mejor posible.
Al lamentar que muchas personas no se han dado cuenta de la gravedad de estar en la fase tres de la contingencia sanitaria, Caro pasará este 10 de mayo en casa, tal vez comiendo algo que pidan alguno de los restaurantes de la ciudad, pues durante más de mes y medio que lleva esta contingencia, han tratado de cocinar diariamente en casa, haciendo de esta actividad parte de la recreación de su hija.
«Nunca creí ver un escenario como el del coronavirus, cómo afectado al mundo, cómo ha afectado a nuestro país y en la ciudad, donde la gente está sin trabajo. Ver los negocios cerrados me llena de tristeza y sobre todo la gente que no piensa en los demás y que cree que esto es una conspiración, y bueno, ver que esa gente es la que precisamente la que ayuda a que se expanda más este virus. Realmente esto cambiará nuestra vida social como seres humanos, nos limitará, pero nos harán pasar mucho más tiempo en casa», comenta.
Debido a esta contingencia, Caro tuvo que suspender su viaje a Asia, específicamente a China, pero una vez que comenzó el coronavirus en el gigante asiático, a tiempo decidió cancelarlo y con ese dinero ahorrado poder sobrellevar esta situación y ayudar a otras personas.
Esta pandemia le ha dejado una enseñanza a Caro: El valorar el trabajo, la salud, pero sobre todo a su familia, pues está consciente que el coronavirus llegó para quedarse y a partir de él, ya nada podrá ser igual».