El Santo Padre llegará a este nosocomio que fue fundado en 1943 y que se ubica en la colonia Doctores, en la Ciudad de México, y será testigo del alta que se dará a dos niños, quienes al tocar una campaña anunciarán la buena noticia, siguiendo la tradición de este hospital.
Recibirá un dibujo por parte de uno de los niños, y en respuesta, el jerarca de la Iglesia Católica le dará al menor las gotas de la vacuna contra la poliomelitis.
Francisco es el segundo Papa que visitará este hospital pediátrico, el anterior fue Juan Pablo II, cuando vino por primera vez a México.
El director general del hospital, José Alberto García Aranda, se refirió al recorrido que realizará el Sumo Pontífice, cuya llegada está programada a las 16:30 horas del próximo domingo 14.
Su Santidad llegará por la calle Dr. Márquez, e ingresará por la puerta número 3, donde será recibido por Angélica Rivera, esposa del presidente Enrique Peña Nieto; por la secretaria de Salud, Mercedes Juan; por el director, y por los miembros del Patronato del Hospital Infantil.
De ahí se dirigirá por un pasillo al loby del auditorio Jesús Kumate, en donde lo estarán esperando 40 niños en silla de ruedas que padecen distintas enfermedades y actualmente están ahí hospitalizados.
En este Instituto Nacional de Salud, porque así fue concebido en la legislación que le dio origen, se recibe diariamente a un nuevo niño con cáncer, siendo la leucemia la de mayor prevalencia, y también la que tiene una probabilidad de 80 por ciento de poder curarse.
Anualmente se atiende en consulta externa de las 27 especialidades con que cuenta a 250 mil niños, un promedio de 800 infantes diariamente. En el mismo lapso se interna a seis mil niños con padecimientos graves que no pueden ser solucionados en otros hospitales del país.
En el auditorio, el Papa dará un mensaje y después la visita se tornará privada para platicar con los niños y con sus padres.
Antes de llegar a la Unidad de Hemato-Oncología e Investigación, una de las más modernas del hospital, hará una breve parada frente a la escultura de San Francisco de Asís que se encuentra a unos pasos del auditorio.
En él área de oncología lo estarán esperando 25 menores y de ahí pasará a un cuarto que es emblemático y muy significativo para quienes trabajan en el hospital, el salón de juegos para los niños con cáncer.
En medio del techo de este salón se encuentra colgada una campana de aproximadamente 16 centímetros de diámetro, a la que le cuelga una cadena adornada con listones de colores, y se toca únicamente cada vez que una niña o un niño es declarado libre de la enfermedad.
García Aranda expresó que durante los preparativos de la vista, hubo personas que sugirieron poner a cualquier niño a tocarla para que el Papa lo viera, y se les aclaró que únicamente la hacen tañer quienes se curan.
“Parece que el Papa trae muchas cosas atrás, porque aunque no se preveía, ya aparecieron dos niños que se curaron, uno la semana pasada y otro la semana antepasada, que ya los médicos decidieron que se dan de alta porque ya están curados.
“Uno es de leucemia y otro de linfoma y los dos tocarán la campana para el Papa que espero se emocione tanto como nosotros. Se curan después de procesos de tratamientos cuya primera etapa es de cinco años”, destacó el director general del hospital.
Al salir de este salón, el recorrido continuará en la sala de quimioterapia donde saludará a 22 infantes.
De ahí tomará un elevador al segundo piso del edificio de hemato-oncología para platicar con 20 niños internados por cáncer, y con 25 más de otras áreas que serán trasladados hasta ese lugar donde también saludará al personal médico y de enfermería.
En el día del amor y la amistad, el Santo Padre les llevará a estos niños y a sus familiares un mensaje de esperanza.
Al salir de esta unidad para abordar el papamóvil, Francisco utilizará unas escaleras de madera, construidas especialmente para esta ocasión por carpinteros del hospital, ya que el peralte de la zona es muy alto.
Finalmente abandonará el nosocomio por la puerta número 1.
Información de Quadratín México