
Llega a la Región Valles el Festival Colores del Mundo 2025
¿Por qué nos gusta el futbol?
Estamos en plena liguilla. Nos emociona ver los juegos. Hay una gran expectativa por cuál equipo será el campeón del Futbol mexicano.
Pero, ¿porqué tanta emoción? Sobre todo los varones se enfocan más a estar pendientes de resultados, de ver los juegos e incluso, desgraciadamente, llegar a los golpes. ¿Pero por qué es eso?
El gusto por el futbol entre los hombres puede juzgarse desde diversas perspectivas filosóficas, que incluyen la psicología, la sociología, la fenomenología y la teoría cultural
Veamos algunas.
1. El impulso hacia la competitividad y la afirmación de la identidad
El futbol, como muchos otros deportes, representa un espacio para la competencia. Según teorías psicológicas los individuos, y en especial los hombres, tienden a experimentar una necesidad de afirmación de sí mismos, algo que se expresa a través de la competencia.
El futbol permite una canalización saludable de esta tendencia a través de la actividad física, el trabajo en equipo y el desafío.
Este deseo de competencia no solo se reduce al partido en sí, sino que se extiende a la identificación con un equipo, sus logros y la rivalidad con otros conjuntos. Por ello nos sentimos “miembros de un equipo”. -Yo le voy al Cruz Azul, yo al América, yo al Atlas, yo soy Chiva hermano, solemos oír.
Desde una perspectiva hegeliana, esta afirmación a través del otro (el oponente) es fundamental para el proceso de auto-reconocimiento, en donde el hombre se define a través de lo que supera.
2. La construcción social de la masculinidad
El futbol también está profundamente arraigado en las construcciones sociales de género. En muchas culturas, el futbol ha sido asociado históricamente con la masculinidad. Esto se debe a que el deporte está vinculado a valores de fuerza, resistencia, agresividad controlada y liderazgo, cualidades tradicionalmente vinculadas con el concepto de lo masculino.
En este sentido, el futbol puede considerarse una forma de “ritual” social que refuerza las identidades masculinas preestablecidas.
3. El deseo de pertenencia y la conexión social
El fútbol también proporciona un sentido de pertenencia. Para muchos hombres, seguir a un equipo o asistir a un partido implica una forma de conectarse con una comunidad más amplia, ya sea familiar, regional, nacional o incluso global. Este sentimiento de pertenencia está enraizado en el concepto de tribu.
El fenómeno de los hinchas y las barras, como lo describe la sociología, permite a los individuos encontrar un lugar dentro de un grupo con el que pueden compartir una identidad colectiva.
4. La trascendencia del juego: estética y emoción
El futbol no es solo un deporte; es una forma de arte y espectáculo. Platón y Aristóteles hablaron de la importancia del juego y la competencia como parte esencial de la vida humana, pues son actividades que permiten el florecimiento humano (eudaimonía).
El futbol, en este sentido, cumple un papel fundamental al ofrecer una experiencia estética cargada de emoción, imprevisibilidad y belleza. La fenomenología, en particular, nos permite entender cómo los hombres no solo disfrutan del futbol por su componente físico, sino también por el dinamismo y la tensión que crea: el gol esperado, la jugada de equipo, la victoria alcanzada con esfuerzo y sacrificio. Todo esto genera una experiencia visceral de éxtasis y satisfacción.
5. La influencia de la narrativa y el heroísmo
El fútbol, como cualquier otro deporte, está lleno de historias que apelan al sentido narrativo que los seres humanos construyen para comprender el mundo. En este sentido, el futbol se convierte en una “narrativa épica” en la que los jugadores son héroes, el equipo es una unidad colectiva y los rivales representan obstáculos que deben ser superados.
Este componente narrativo puede ser entendido a través de la filosofía existencialista que sugiere que el ser humano se define a través de la acción en situaciones de adversidad.
El futbol, entonces, no solo se vive como un juego, sino como una representación simbólica de la lucha por la superación personal y colectiva.
6. El escape y la catarsis emocional
En una sociedad marcada por el estrés, la rutina y las tensiones emocionales, el fútbol ofrece una vía de escape.
Según Aristóteles, la catarsis es el proceso por el cual una obra de arte provoca una purificación emocional. De manera similar, el futbol tiene la capacidad de inducir una experiencia emocional catártica: la tensión acumulada durante un partido, las victorias celebradas con euforia o las derrotas aceptadas con resiliencia son oportunidades para que los hombres experimenten un proceso de liberación emocional.
Así que, el gusto por el futbol en los hombres puede entenderse como una combinación de factores biológicos, psicológicos y socioculturales. Es una actividad que les permite explorar su competitividad, afirmar su identidad, pertenecer a una comunidad, experimentar emociones intensas y vivir una narrativa épica de triunfo y derrota. Desde una perspectiva filosófica, el futbol no es solo un deporte, sino una experiencia compleja que satisface múltiples dimensiones del ser humano.
Por cierto, ¿Quién será el campeón esta vez, América o Monterrey?
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– No vas a poder ver la final del futbol.
– ¿Por qué no mujer?
– Toca ir a ver a mis papás.
¡¡¡PLOP!!!