
Familias de SLP, Querétaro, Zacatecas y Michoacán huyen de EU por redadas
GUADALAJARA, Jal., , Jal., 15 de junio de 2025.- Convertirse en papá para quienes no lo son es una de las mayores dichas que existe en la vida, sin embargo existe una mínima parte de estos que viven una situación totalmente difícil llena de esfuerzos dificultades discriminación e incluso poco acceso a apoyos gubernamentales.
Se trata de los padres solteros, viudos o separados a los que coloquialmente les llaman papás luchones.
En 2022, en todo el mundo el 14 por ciento de los niños (casi 320 millones) vivían en hogares monoparentales, con un predominio claro de madres con un 88 por ciento, frente a padres con tan solo 12 por ciento.
En México, según cifras que arrojó el Censo 2020 del INEGI, en el pais hay unos 21.2 millones de hombres que son padres; de estos, el 5.9 por ciento están separados, viudos o divorciados, y apenas un 0.5 por ciento son padres solteros que viven con sus hijos, aproximadamente, esto representa poco más de 900 mil casos. En Jalisco se estima que son entre alrededor de 40 mil padres solteros que sostienen económicamente a su familia.
En materia económica, más del 70 por ciento de estos padres en el país trabaja más de 40 horas semanales, tan solo para cubrir gastos básicos, lo cual representa también una dificultad para cuidar de sus hijos pues en su mayoría los encargan con algún familiar, vecino o conocido.
En comparación con hogares biparentales (madre y padre), los padres solteros viven una situación de desigualdad, discriminación y vejaciones que afectan principalmente su situación psicológica.
Al no encajar en el modelo tradicional de familia nuclear, en ocasiones son discriminados por la sociedad padecen burlas por otros hombres y mujeres e incluso en materia legal también padecen discriminación pues al denunciar abandono de la mujer los ministerios públicos principalmente les obstaculizan el proceso legal o se burlan de ellos diciéndole pues “¿que no eres macho?”
Las leyes y procedimientos suelen favorecer a las madres en cuestiones de custodia, dificultando derechos de padres separados, quienes no siempre son los responsables de la separación.
En materia de apoyos gubernamentales básicos, estos suelen ser inferior, pues solo reciben lo mínimo comparado con madres solteras, incluso ahí pidiéndoles el acceso a la pensión alimentaria.
Su implementación es limitada y enfrenta obstáculos: largos trámites, requisitos administrativos, y una difusión escasa en zonas rurales, lo que reduce la captación efectiva de beneficiarios hombres.
Los padres solteros, especialmente en Jalisco, desconocen que pueden solicitar los apoyos, además que se rehúsan a acceder a él, ellos, por cuestiones, principalmente culturales, como guarderías y estancias infantiles, donde suelen priorizar a madres, lo que deja a padres desprotegidos.
“Los padres solteros enfrentan un estrés único al combinar roles de proveedor y cuidador, sin redes de apoyo ni reconocimiento social. Esto acrecienta su vulnerabilidad emocional y económica, especialmente si son viudos o han perdido custodia parcial de sus hijos”, destaca Laura Méndez, psicóloga familiar del Tecnológico de Monterrey, campus Guadalajara.
“La doble jornada compromete su salud mental y su participación efectiva en la crianza, lo cual repercute directamente en el desarrollo de los menores”, añade la especialista.
Aunque el número de padres solteros va en aumento, siguen siendo invisibles, enfrentando retos, principales económicos, emocionales y estructurales, acentuados por la falta de apoyos adaptados a su realidad.
Abandonado
Un ejemplo de esto es el caso de Alfredo, un padre separado de 47 años de edad que desde hace cinco decidió concluir su relación con su pareja la cual abandonó no solamente el hogar sino que también se olvidó de su responsabilidad como madre de sus hijos.
“La situación entre nosotros era muy difícil así es que decidimos separarnos era pleito tras pleito y mejor todo acabó”, relata el hombre que tras un largo proceso legal, obtuvo por orden de un juez la custodia plena y definitiva de sus dos hijos. Un joven de 16 años de edad y otro de 11.
Trabajador independiente, desde la mañana se levanta para llevar a sus hijos a la escuela y salir a trabajar, sin tener un horario fijo y, con la responsabilidad de sacar adelante a sus seres queridos.