DE MÉXICO, 28 de mayo de 2017.- Si existe una prenda tradicional que sea sinónimo de distinción esa es la guayabera yucateca. Su fama como vestimenta de elegancia la arrastra desde su origen hace más de 200 años, cuando se consideraba exclusiva de clases altas que podían importarla desde Cuba. Hoy, esta prenda mexicana se ha reinventado y conquista por igual a jóvenes, mujeres y hasta presidentes.

Ubicada en el corazón del estado, a 45 kilómetros de Mérida, se ubica Kimbilá, una pequeña comisaría de 2 mil 500 habitantes situada en el municipio de Homún, famosa en la región por sus bordados tradicionales. Precisamente en esta comunidad se encuentra Silvia López, una tienda de guayaberas y prendas típicas, famosa por sus creaciones artesanales en telas como el lino, popelina y algodón, con bordados elaborados por manos yucatecas.

Con presencia internacional

A pesar de la modernidad, el procesos de elaboración de una guayabera sigue siendo artesanal. Así lo consideran en Silvia López, taller donde laboran 24 personas, entre hombres y mujeres, quienes son los encargados de bordar y ensamblar las prendas. Pero como lo artesanal no está peleado con la innovación, aquí también se elaboran modelos actuales, por lo que no sólo se producen en colores claros como blanco, beige o azul cielo, sino que además crean guayaberas en colores brillantes y en telas como mezclilla y manta; pero todo sin perder la elegancia ni la comodidad que caracterizan a esta vestimenta y que le ha dado fama mundial. La calidad de las prendas de éste taller ha permitido comercializarlas en ciudades de Estados Unidos como Dallas, Washington, Nueva Jersey entre otras, así como en países de la Comunidad Europea. Además, gracias a esta fabrica familiar las guayaberas yucatecas han llegado a países tan distantes como Australia, Nueva Zelanda, Irlanda y hasta Dubái.

En entrevista con El Universal, Jorge May May, propietario del taller, asegura que la clave de que sus prendas lleguen a rincones del mundo como Dubái, uno de los siete Emiratos Árabes, “es la calidad y la hechura, la confección buscando agregarle ideas inovadoras de acuerdo a la época y el modernismo”. El artesano dice que se trata de armonizar calidad con tradición.

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