Omar Cervantes pide candados para evitar desvíos tras reforma a Infonavit
COLIMA, Col; 30 de marzo de 2017
Dicen que en Colima nunca pasa nada, y cuando pasa, tampoco sucede nada. Así pasó recientemente en la política colimense, donde distinguidas damas emularon al Juanito de López Obrador en la ahora Ciudad de México, y nadie dijo nada, ni tampoco pasó nada.
La historia es vigente, pero nadie habla públicamente de ella. Mely Romero, una política con un futuro prometedor en su partido, el PRI, consideró un honor mayor una invitación del presidente Peña Nieto a ser subsecretaria de la Sagarpa, que la responsabilidad, el honor y el voto de confianza que le confirieron los ciudadanos colimenses en las urnas para ser su representante por mayoría relativa en el Senado de la República, y como toda una Juanita, sin vergüenza alguna, cedió su escaño a su suplente, nada más, y nada menos que a la esposa de Fernando Moreno Peña, y con eso está dicho todo.
Así pasó, y no sucedió nada, hoy Mely Romero despacha feliz y quizás esperando una nueva candidatura para el 2018, pero, además de la traición a la confianza ciudadana que la hizo senadora, ¿también habrá olvidado a quien desplazó en ese entonces para ser candidata? En política todo puede suceder, hasta que Nacho y Nabor olviden que fueron despojados de sus candidaturas por ¿el CEN del PRI?, pero, el votante, dudamos que olvide a la Juanita colimense si se atreve a regresar por votos para un nuevo cargo popular. Es cuanto, por hoy, desde el Chantilly.