GUADALAJARA, Jal., 7 de agosto de 2020.- Una vez más personas que están relacionadas al giro de los salones de eventos se manifestaron en Casa Jalisco para exigir que se reactiven estos negocios porque ya tienen casi cinco meses sin poder laborar debido al cierre de actividades a causa de la pandemia de Covid 19.

Dueños de casinos, personas que rentan limosinas, mariacheros, meseros y hasta resturanteros, exigieron al Gobernador de Jalisco que les dé luz verde para poder volver a trabajar, toda vez que fueron los primeros en cerrar y todo apunto a que serán los últimos en abrir.

Víctor es dueño de un pequeño salón de eventos y exige que lo antes posible Enrique Alfaro anuncie que ya puedan volver a sus actividades porque esta situación es ya insostenible y les está dejando grandes pérdidas económicas.

 “¿Qué estoy haciendo aquí?, pues básicamente haciendo ruido para que y nos dejen trabajar. Porque somos uno de los giros más afectados, en mi caso desde el 15 de marzo fue mi último evento y mira la fecha aún no podemos trabajar”, explicó.  

Otros de los que también se siguen viendo afectados son los restaurantes, porque si bien ya pueden trabajar, el hecho de tener capacidad reducida los está perjudicando.

El presidente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (CANIRAC) Aldo de Anda, señaló que la afluencia de personas no significa que la economía esté marchando bien, puesto que el dinero que se tiene es para lo indispensable.

“El tema de tratar a toda costa de que no se implemente lo del botón de emergencia, sin embargo, también es un reflejo que nos ha señalado la autoridad, hay demasiada movilidad y muy poca generación de economía. Si hablamos de la movilidad por arriba del 70 por ciento, pero la venta de los restaurantes, en promedio están al rededor del 30 por ciento. Si no logramos encontrar este equilibrio entre movilidad, economía y salud definitivamente seguirán cerrando más restaurantes y seguirán cerrando más empresas, más negocios”, expuso.

Señaló que estos comercios viven de la afluencia de dinero, y aunque el gobierno les otorgue préstamos o ayuda, la vida de estos giros sigue en riesgo.

“El restaurante vive del flujo, por más que haya algún tipo de préstamo, por más que haya algún incentivo por parte del gobierno, si los restaurantes no tienen venta, no pueden seguir, es imposible mantener para un restaurantero un restaurante abierto si no tiene flujo de personas”, concluyó.