GUADALAJARA, Jal., 6 de octubre de 2020.- La Romería para muchos además de ser una tradición llena de fe y devoción también es sinónimo de trabajo y un poco de estabilidad económica, al menos así lo fue para muchos vendedores de este evento hasta 2019.

La llegada de la pandemia del Covid 19, sólo permitió que en los primeros dos meses del año, todas las actividades pintaran de la misma manera, lo que jamás se imaginó es que esta enfermedad trajera consigo muchos estragos dejando vulnerable a Jalisco.

El principal golpe lo recibió la economía jalisciense, ya que la suspensión de actividades masivas, tanto culturales como religiosas dejarán una merma económica irreversible.

La señora Luz al igual que su esposo don Martín cada Romería, desde 1985 trabajaban vendiendo comida tradicional sobre Ávila Camacho, pero en el año de 1996 don Martín se enfrentó al cáncer, lo que provocó el cierre definitivo del negocio.

Tiempo después comenzaron a vender sombreros de princesas, burbujas, confeti entre otros atractivos para los niños, todo marchaba bien, hasta que la pandemia llegó a México.

“Nosotros comenzábamos el recorrido junto con la Virgen, parroquia que visitaba la chaparrita, parroquia que nosotros también visitábamos, Martín sacó su permiso para poder poner un puestito de juegos, y yo pues me ponía a vender que las burbujas, que la corona y la varita de princesas, el confeti, los huevitos, teníamos que comer y esa era nuestra solvencia”, detalló doña Luz.

La nueva normalidad de las visitas de la Virgen de Zapopan sacudió inesperadamente el bolsillo de esta pequeña familia, pues el cierre de su giro comenzó a mermar sus ahorros de toda la vida.

“Cuando nos avisan que la Virgen no se iba a quedar en las parroquias, imagínate, yo hasta me enfermé de la preocupación, porque este trabajo es ganar al día, sin seguro, sin nadie que nos respalde y con el miedo de que Martín se enfermara de eso, pues no podíamos salir, que íbamos a comer, pues comenzamos a gastar nuestros ahorritos y tratar de sobrevivir”, expuso.

A pesar de su profunda devoción a la Virgen de Zapopan, doña Luz se las ha visto negras para subsistir.

“Apenas nos comenzamos a poner, yo creo que hace como dos meses, nos turnamos, un día viene Martín otro yo, a veces los dos, porque no quiero dejar a mi viejo, le pasa algo, ya venció el cáncer pero está enfermedad puede volver y como es sector vulnerable pues sino me lo mata una enfermedad es otra, yo le tengo mucha fe a la virgencita, mira aunque sea frijoles nos ha permitido comer”, añadió.

Aún no se sabe con exactitud de cuánto será la pérdida económica de este año, ya que la romería será distinta a todos los años, sin fieles y de manera virtual miles de romeros de Jalisco y todo México acompañarán de corazón hasta su basílica a la chaparrita.