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GUADALAJARA, Jal., 30 de enero 2023.- Robar una placa de tu automóvil, no es simplemente la sustracción de una lámina.
En Jalisco, es correr el riesgo de ser víctima tres veces: 1.- Por el robo de la placa que los maleantes utilizan para delinquir; 2.- Por la ineficiencia o corrupción de agentes de la Fiscalía que buscan dar carpetazo al delito que cometieron los criminales culpando al dueño del auto y 3.- Porque la víctima tiene que pagar las multas que se generaron en el tiempo que los malhechores sobrepusieron sus palcas en el auto en el que delinquieron.
Pareciera que se van por zonas. Recientemente automovilistas de la colonia Lomas de Independencia, han sido víctimas del robo de placas de sus vehículos. No es sólo un caso, son varios.
A inicios de año, José, salió del país por casi un mes de vacaciones, pero cuando regresó ya su carro no tenía las dos placas, por lo que levantó una denuncia. Al igual que él, varios vecinos reportaron la misma situación, les habían robado las láminas de sus unidades en esa misma zona de Guadalajara, según comenta a Quadratín Jalisco.
Él agradece que no lo hayan llamado las autoridades para culparlo de los posibles delitos que habrían cometido quienes le hurtaron las placas y que, hasta el momento, no le hayan salido multas durante ese lapso de tiempo que duraron las placas en poder de ellos.
Pero el caso de María, un nombre ficticio que utilizaremos para evitar represalias y quien ofreció su testimonio a Quadartín Jalisco fue diferente. Ella interpuso su denuncia por robo de placas, fue detenida por sospechosa y pretendían vincularla a proceso sin ninguna investigación a fondo, culpándola de un robo de joyas que realizaron quienes le sustrajeron las placas de su carro. Además, de que finalmente, tuvo que pagar 10 mil pesos, por recuperar sus láminas y por pagar las multas que cometieron los delincuentes.
El testimonio
A María, presuntos integrantes de la mafia colombiana que operan en Guadalajara, le robaron las placas de su auto alrededor de las 12 horas y una hora después, a las 13 horas, los delincuentes ya habían iniciado su recorrido delictivo en exclusivos fraccionamientos de Zapopan y Tlajomulco.
Entraron a varias casas a robar joyas, primero en Las Cañadas, después se fueron a El Palomar y finalmente a Bugambilias. Todo lo hicieron manejando a exceso de velocidad y utilizando una camioneta de lujo KIA con las placas sobrepuestas del auto compacto que oficialmente era de María.
Una situación de tiempo la llevó a interponer la denuncia hasta las 15 horas, lo cual la hizo sospechosa en lugar de apoyarla como víctima en la Fiscalía.
Después del hecho, le llegó un citatorio para presentarse en la Fiscalía. Ella acudió, a pesar de tener un problema familiar grave, pensando que se trataba de ratificar la denuncia en contra de quienes le habían robado las placas, pero se llevó la sorpresa, de que, al llegar, la retuvieron por sospechosa.
“Querían vincularme a mí por ser la propietaria de las placas. Es absurdo, no encuentro un motivo o una razón por el cual yo prestaría mis placas a una mafia colombiana para que roben alhajas, no tiene sentido esto. Es como: ‘eres la principal sospechosa y te vamos a vincular’ y yo, pues no. Yo tengo pruebas en dónde estaba cuando se ejecutaron esos robos, simplemente yo estaba levantando denuncia cuando ellos estaban robando”.
Sin ninguna investigación previa, la acusaron y pretendían vincularla a proceso por el robo de joyas que habían hecho los delincuentes sólo en uno de los tres lugares, en el de Las Cañadas. Pero ¿por qué no la acusaban del robo en los otros dos fraccionamientos? se le preguntó. La respuesta fue porque la hora en que puso su denuncia, coincidía con la hora en que efectuaron los otros dos robos. Es decir, cuando cometieron el de Las Cañadas, ella aún no había presentado su denuncia y por ese delito la acusaban.
“Esta denuncia te respalda en el caso de los otros dos robos, pero en el robo de Las Cañadas, yo necesito desvincularte, que tú me entregues las pruebas para poder desvincularte’, pues ahí me tienes buscando las grabaciones de a qué hora entre al condominio y a qué hora salí”.
María tuvo que recurrir a un contacto, conocido de ella, en Fiscalía para que pudieran liberarla de esa acusación, además de que las grabaciones de videocámaras de los fraccionamientos a donde entraron los ladrones le ayudaron a comprobar que ella no estuvo en esos robos.
“Técnicamente sí se tuvo que dar hasta cierto punto como una ‘mordida’ para que me dejaran en paz, porque realmente era como el capricho del judicial el no querer investigar, o no sé si coludido con la misma mafia, y agarrar pues su chivo expiatorio”.
“Sí me sentí como un poco en estado de indefensión, porque siento que si no hubiera tenido algún conocido lo hubiera hecho (el agente de vincularla a proceso). Entonces, a veces sí me pregunto de cuánta gente han vinculado a proceso en esta misma situación, y que tal vez no tengan los medios o el contacto que los ayude a desvincularse”.
Cuando ella pensó que ya había librado las dos primeras acciones: el robo de sus placas y el quedar libre de la acusación, llegó la hora de pagar alrededor de 10 mil pesos por la reposición de sus placas y además por las multas que los delincuentes cometieron mientras tuvieron sus placas sobrepuestas en otra unidad.
Tuvieron que pasar varios meses, para ella recuperar las placas, porque no tenía dinero para hacer ese pago, todo por un delito del cual ella fue víctima por tres veces. La autoridad la revictimizó en lugar de ayudarla ante un delito que se ha vuelto común, como es el robo de placas de autos.
La actitud de la Fiscalía fue “como darle el carpetazo, el no hacer bien su trabajo de investigar y de realmente llegar al fondo de los hechos. Yo los vi, así como ‘ya cayó esta persona, la vinculo y le doy carpetazo’. ‘Quieren un culpable y le damos un culpable y listo’, pero no los vi el tomarse en serio la investigación”.