TLAQUEPAQUE, Jal., 4 de julio de 2020.- El incremento del trabajo a distancia desde casa o home office, como parte de las medidas sanitarias de aislamiento social para combatir el Covid 19, ha generado que millones de personas en todo el mundo adopten esta modalidad para realizar su labor y mantener la productividad.  

Sin embargo, las afectaciones emocionales y mentales como el estrés, la ansiedad y la depresión también van en aumento, advirtió el profesor del Departamento de Psicología, Educación y Salud del ITESO Fernando Alcaraz Mendoza, explicó que la nueva realidad impuesta por la pandemia ha generado desajustes que deben atenderse. 

El primer problema es la pérdida de la delimitación entre el área de trabajo y la vida privada fuera de ella. «Si bien a algunos se les complicaba, a pesar de ese corte físico, cortar con el trabajo en sus cabezas ahora se vuelve más complicado».  

Advirtió que la desaparición de los límites entre el espacio laboral y el del hogar, que hoy pasan a ser uno solo, también afecta las rutinas preestablecidas que derivan en trastornos del sueño.

«En el día estamos menos despiertos y en la noche menos dormidos al atenuarse nuestros ciclos de vigilia, si bien en ocasiones es bueno salir de la rutina, necesitamos mantener una porque de ella dependen muchos de nuestros estados emocionales”.  

Otra consecuencia del home office es la mayor dificultad del trabajador para distinguir entre sus días de descanso y sus días laborales, debido a la mayor cantidad de mensajes, peticiones de juntas y otras notificaciones empresariales fuera del horario de oficina. «Esto provoca un desorden y no ayuda en nuestra respuesta al estrés y capacidad para ajustar nuestras emociones».  

La respuesta mental que tenemos ante el trabajo a distancia también depende de con quiénes vivimos en casa. En el caso de vivir con miembros cercanos a la familia (tíos, padres, abuelos, etcétera) o con una propia (esposa, esposo, hijos), las crisis y conflictos de la convivencia diaria pueden afectar el ámbito laboral. Si se vive en solitario el aislamiento puede generar mayor preocupación y estrés que puede ser insoportable a la hora de rendir en el trabajo a distancia.  

El segundo problema mental vigente, el estrés, proviene de una sobrecarga de trabajo y la realización de tareas múltiples que también incluyen actividades domésticas como cuidar a los niños. «No tener una separación para cada tarea se vuelve más estresante», menciona el académico.  

La depresión, que tiene relación tanto con la ansiedad como con el estrés, se traduce en «pérdida de motivación, se tienen menos ganas de hacer las cosas, una sensación de mayor aburrimiento, las alteraciones de sueño son más marcadas y brotan sentimientos durante el día de angustia, desesperanza o tristeza”.  

El especialista detalló que de acuerdo con una encuesta de la iniciativa The Wellness and Productivity Project sobre el home office en tiempos del coronavirus 41 por ciento de los mexicanos dijo trabajar más horas que cuando estaba en la oficina. Esta sobrecarga laboral que viven muchas personas es un motivo de desórdenes mentales y emocionales para afrontar en estos tiempos de pandemia.

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