
Silvia Mercado Solorio: 40 años en el aula y la vocación intacta
GUADALAJARA, Jal., 15 de mayo de 2025.- Desde San José de los Molina, una pequeña comunidad rural en Cuquío, Jalisco, hasta Cambridge, Massachusetts, hay más que una distancia geográfica: hay una historia de esfuerzo, sueños y perseverancia. Ramsés Molina Verdín, estudiante de la Preparatoria 10 de la Universidad de Guadalajara (UdeG), fue admitido a Harvard para estudiar la licenciatura en Química Biológica, un logro reservado para muy pocos en el mundo.
Con apenas 19 años, Ramsés se ha convertido en motivo de orgullo para su familia, su comunidad y su universidad. “Estoy muy emocionado por esta aventura y por todo lo que se viene”, cuenta, con una sonrisa nerviosa, aún incrédulo de lo que ha conseguido. Y no es para menos: cada año, Harvard acepta solo a tres o cuatro estudiantes mexicanos, seleccionados entre miles de solicitantes internacionales.
Un camino de sacrificios y enfoque
La historia de Ramsés no es la del genio aislado, sino la del joven que supo equilibrar sus pasiones, su entorno y sus responsabilidades familiares con una visión clara de lo que quería lograr. Desde muy joven, se involucró en las Olimpiadas de Química, Biología y Matemáticas, donde representó a Jalisco y ganó medallas estatales y nacionales. También realizó investigación científica en la Universidad de Guadalajara, enfocada en compuestos organometálicos, experiencia que fue clave para su postulación.
Pero entrar a Harvard no solo requiere talento académico. Ramsés explica que tuvo que enfrentarse a una exigente aplicación internacional: “Tuve que dominar el inglés a nivel avanzado, escribir ensayos personales que reflejaran quién soy y qué quiero aportar al mundo. Esos ensayos son lo más importante, porque ahí demuestras tu esencia, tu historia, tu vitalidad intelectual”.
El respaldo de la UdeG y su comunidad
La Universidad de Guadalajara jugó un papel fundamental en su proceso. “La Prepa 10 me brindó todo el apoyo necesario. Me ayudaron económicamente para poder asistir a competencias nacionales, y también me ofrecieron oportunidades para desarrollar investigación científica. Siempre estaré agradecido con mis maestros, quienes vieron en mí un potencial que yo apenas comenzaba a descubrir”.
Sus profesores también lo respaldaron con cartas de recomendación, indispensables para postularse a universidades de élite. “Hay que ser considerados con los docentes, porque ellos te ayudan a convertirte en tu mejor versión”, comenta con gratitud.
Un sueño con propósito
En Harvard, Ramsés estudiará Chemical and Physical Biology, una carrera que combina la química con la biología para abordar problemas complejos como el cáncer, enfermedades neurodegenerativas o la insuficiencia renal. “Quiero usar la ciencia para generar soluciones reales. Me interesa también la economía y la informática, porque sé que los problemas de salud no solo son médicos, también son sociales y económicos”.
A futuro, se ve investigando, desarrollando tratamientos innovadores, aplicando su conocimiento en México y en América Latina. “Vengo de un lugar donde muchas personas mayores no tienen acceso ni a medicamentos básicos. Quiero cambiar eso. Quiero crear impacto”.
Primer universitario de su familia
Para su familia, el logro de Ramsés tiene un significado especial. “Soy el primero de mi familia, entre mis padres, hermanos y abuelos, que estudiará una licenciatura. Me voy a mediados de agosto y sí, va a ser difícil. Hay emoción, pero también nostalgia”. Sin embargo, cuenta con una beca del 100 por ciento que cubre todos sus gastos, lo que le permitirá dedicarse de lleno a estudiar.
Inspiración para otros jóvenes
A quienes lo escuchan y sueñan con alcanzar metas similares, Ramsés les deja un mensaje claro: “No se trata de tener el promedio perfecto o el puntaje más alto. Lo que realmente vale es tu historia, tu esencia, lo que puedes aportar. Todos tenemos el potencial. Hay que creer en uno mismo y trabajar duro. Si yo pude, otros también pueden”.
Este joven de mirada tranquila y palabras firmes es prueba de que sí se puede. Que incluso desde una pequeña población, en Jalisco, con disciplina, sueños y apoyo, se puede llegar tan lejos como uno lo imagine. Harvard ya no es un sueño para Ramsés Molina. Es su siguiente destino.