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GUADALAJARA, Jal., 17 de agosto de 2020.- Los perros de terapia pueden ser de gran ayuda y mejorar la calidad de vida de personas con alguna discapacidad, trastorno, con enfermedades terminales, adultos mayores o incluso quienes padecen estrés, depresión y ansiedad, describió Felipe de Jesús Alfaro Pérez, presidente de la Fundación Makixtia, quienes trabajan con estos hermosos animales en hospitales, albergues y oficinas.
“En todos los casos, emocional y físico, incluso el post trauma de alguna situación, en el terremoto llevaron perros a gente, ahorita incluso traen un perrito en algún hospital en México, que lo están llevando con los doctores, para que el doctor se relajara de tanto estrés que tiene, pero en cuanto nos den luz verde vamos a visitar muchos lugares que nos han pedido, vamos a oficinas para que se desestresen de estar en la computadora, y empiecen a acariciar al perro, empiecen a tocar al perro, en la terapia emocional, ellos trabajan mucho con la sensibilidad del perro, el estarlo acariciando, es un perro muy chiqueón”.
Con 35 años de trabajo como voluntarios en terapias, explicó que Makixtia significa ayudar en Náhuatl y eso es lo que buscan, poder ayudar a quienes están pasando por una etapa difícil toda vez que la intervención con estas mascotas es de gran apoyo para animar a adultos mayores que están en asilos de ancianos, a enfermos terminales en hospitales, o condiciones como déficit de atención, síndrome down, autismo, hiperactividad, por mencionar algunos casos.
Acompañado de la hermosa Nala, una Golden rescatada de 9 años de edad, que además tiene certificación internacional como perrita de terapia, Felipe Alfaro explicó que en estos momentos Makixtia trabaja con nueve canes, y acude a donde son solicitados, a escuelas a dar pláticas, incluso visitaron en algún momento el ahora polémico Albergue 100 Corazones, donde los niños con discapacidad intelectual estuvieron felices de compartir con sus peludos amiguitos.
Insistió en que este tipo de terapias no son la cura mágica de un trastorno o enfermedad, pero es un apoyo complementario al tratamiento que ya está a cargo de un especialista, demostrando muy buenos resultados porque mejora el ánimo y tranquiliza a quienes están en contacto con el perro.
Explicó que para lograr la certificación nacional y luego internacional es un trabajo de toda la vida del can, el entrenamiento empieza desde cachorro y nunca dejan de aprender, tienen que cumplir criterios de obediencia, de no reacción y que incluso en momentos puedan rechazar el alimento.
Felipe Alfaro dijo que si bien ya hay avances y muchos negocios se ostentan como Pet Friendly, falta mucho por trabajar, porque aunque hay leyes que respaldan que un perro de terapia y de acompañamiento puede entrar con su dueño a cualquier lugar, no en todos lados lo permiten o les ponen muchas restricciones.
Indicó que ahora con la epidemia del Covid 19 y el aislamiento social que ya está afectando emocionalmente a la mayoría de las personas, un perrito de terapia sería de gran ayuda para controlar la ansiedad, del mismo modo que en las escuelas aportarían mucho en el esfuerzo de ser más incluyentes para acompañar a los pequeños que tienen necesidades especiales de aprendizaje o comportamiento.
El gran mensaje que pretenden dejar Fundaciones como Makixtia es que estos perritos, la mayoría rescatados de situaciones de abandono o maltrato, suelen ser grandes aliados para mejorar la vida de las personas, por eso hay que quererlos, cuidarlos y valorarlos.
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