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PUERTO VALLARTA, Jal., 12 de junio de 2021.- El trabajo infantil es un fenómeno que se ha acentuado en el mundo con la pandemia del coronavirus. Según informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), 160 millones de menores de edad se encuentran en situación de trabajo infantil y se estima que nueve millones de niños podrían sumarse para finales de 2022.
Con base en el informe Trabajo infantil: Estimaciones mundiales 2020, tendencias y el camino a seguir, advirtió que, por primera vez en dos décadas, las cifras de niños y niñas trabajadores aumentaron. Con el incremento, de 8.4 millones en los últimos cuatro años, actualmente hay 160 millones de menores de edad en situación de trabajo infantil y se estima que nueve millones de niños podrían sumarse para finales de 2022; según un modelo de simulación, esa cifra aumentaría a 46 millones sin cobertura de protección social esencial.
EN MÉXICO
En la más reciente Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) que realizó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2019, cerca de 3.3 millones de niños y adolescentes estaban en situación de trabajo infantil en México, donde la tasa nacional promedio es de 11.5 por ciento, y la Oaxaca es la entidad federativa con el mayor índice, 21.5, es decir, casi el doble de la media nacional, seguida de Puebla y Chiapas con el 18.3 y Michoacán 17.6.
Las entidades federativas con menor índice son Baja California Sur con 5.3, Ciudad de México con el 5.4, antecedida Nuevo León con 6.3.
JALISCO, POR DEBAJO DE LA MEDIA NACIONAL
En ese sentido, Jalisco se posiciona por debajo de la media nacional, con el 9.9 por ciento de su población de 5 a 17 años trabajando, lo que presenta poco más de 180 mil menores.
De a esta misma encuesta, donde la tasa nacional promedio de ocupación no permitida es de 7.1, Oaxaca es la entidad federativa con el mayor índice, 14.9, es decir, el doble de la media nacional, seguida de Puebla con el 12.6, Chiapas 11.9 y Michoacán 11.5.
Las entidades federativas con menor índice son Baja California Sur y Ciudad de México con el 3.1, antecedida por Baja California con 3.4 y Nuevo León con 3.5. Jalisco, se posiciona por debajo de la media nacional, con el 6.5 por ciento de su población de 5 a 17 años ocupación no permitida a su edad.
DESERCIÓN ESCOLAR, PRINCIPAL DETONANTE
El sicólogo Germán Alejandro Baltazar Pérez, titular de la dirección de Protección a la Infancia del Sistema DIF de Puerto Vallarta, uno de los 117 municipios de todo el país que ha sido reconocido por trabajar en la prevención de este fenómeno, señala que el trabajo infantil obedece a varios factores, principalmente a cuestiones económicas, pero deriva en su mayoría, de la deserción escolar.
“De ahí que trabajamos en prevenir que los niños abandonen las aulas”, dijo el Baltazar Pérez, quien indicó que el año pasado se logró atender a 450 menores para evitar el abandono de las aulas al entregar igual número de tabletas electrónicas para que continuarán con sus estudios desde la virtualidad, dado el cierre de las escuelas por la pandemia del coronavirus.
Sin embargo, la propia pandemia agudizó este fenómeno, pues el cierre de fuentes de trabajo, trajo consigo desempleo y con ello la necesidad de tener que llevar el alimento a casa, fue ahí donde los menores tuvieron que contribuir en el ingreso familiar, exponiendo a la par a contraer el virus.
Si bien es cierto, de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas, 152 millones de menores son víctimas del trabajo infantil; de los cuales casi la mitad, 73 millones, están en situación de trabajo infantil peligroso.
De los 152 millones, casi la mitad tienen entre 5 y 11 años; 42 millones (28 por ciento) tienen entre 12 y 14 años; y 37 millones (24 por ciento), entre 15 y 17 años, de los cuales el 71 por ciento se concentran en actividades primarias como la agricultura, pesca, silvicultura, ganadería y la acuicultura, y el 17 por ciento en el sector de servicios y el 12 por ciento en el sector industrial e incluso en actividades como la minería.
EN CAMPO Y PLAYA
En lo que respecta a Jalisco, las principales actividades en las que se concentran los menores son en las primarias, así como al comercio informal, sobre todo siendo “trabajos de compañía”, donde éstos asisten a sus padres, ya sea en el taller o comercio familiar o en alguna de las muchas actividades de la informalidad.
“Hemos detectado (en Puerto Vallarta) que los niños acompañan a sus padres en la venta de diversos artículos, sobre todo en playa. Los vemos vendiendo comida, la artesanía, el recuerdito”, detalló el sicólogo Baltazar Pérez.
Se trata de menores que han sido detectados principalmente en zonas como la colonia Emiliano Zapata, también llamada “Zona Romántica”, donde predominan lugares destinados para la comunidad LGBT, así como en la delegación de Pitillal, conocida también como el principal centro de comercio del puerto.
A pesar de que no existen cifras concretas a este fenómeno, detalló el director de Protección a la Infancia, durante el año pasado, cuando la pandemia estaba en su punto más álgido, se logró detectar entre 20 y 30 menores trabajando en alguno de los 8 recorridos que se realizaron por parte del personal de la dependencia perteneciente al Sistema DIF Municipal.
“Esto nos indica que se debe redoblar los esfuerzos para la prevención”, destacó Baltazar Pérez, quien habló de que el trabajo preventivo no depende solo de los gobiernos, sino de una atención integral, entre gobierno y sociedad.
El gobierno con los programas preventivos, detalló el sicólogo de profesión, en tanto que la sociedad, puede contribuir, en no emplear a los menores o no comprar los productos que éstos ofertan, a la par de hacer el llamado a los paterfamilias a cumplir con su responsabilidad de ser proveedores de los ingresos y vulnerar el derecho de los infantes a una educación, desarrollo y esparcimiento.