Gran participación de infancias en Consulta del INE
GUADALAJARA, Jal., 22 de octubre de 2018.- Ante la negativa de la aprobación de la marihuana para uso medicinal en Jalisco, decenas de padres de familia se han visto en la necesidad de realizar cultivar marihuana, con el fin de tener esencias de esa planta que ayuden a mejorar la salud de sus hijos, que incluso tienen un mayor efecto.
Erika Sevilla, es madre de Monserrat, una niña de 9 años, quien padece el Síndrome de Lennox Gastaut, una epilepsia de difícil control.
En 2016, pidió el permiso de importación a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), ya que el tratamiento a base de cannabidiol no está disponible en México.
Ella, al igual tuvo otros padres hizo el trámite y llenó una serie de formularios, un trámite engorroso, dice, con el fin de que su hija tuviera una mejor calidad de vida.
Asegura que previo a ello, su hija probó un sinfin de medicamentos, los cuales no lograban reducir los ataques epilépticos de Monse, los cuales eran de hasta 300 al día.
Afirma que con el cannabidiol su hija mejoró, al grado de que actualmente son 30 diarios, es decir apenas un 10 por cierto.
Un frasco de 120 mililitros de cannabidiol, alcanza un valor de alrededor de 6 mil pesos, lo cual no es accesible para las familias, ya que además deben combinarlo con otros medicamentos, terapias y pañales, entre otras necesidades, lo que sin duda es un tratamiento caro.
Ese frasco dependiendo la dosis puede durar hasta 45 días, mientras que en adultos menos de 30 días en promedio.
Pero también el traer a México el cannabidiol del vecino país del norte, en donde es considerado un suplemento alimenticio, también resulta complicado.
«Los papás que pueden ir a Estados Unidos, se lo traen en las maletas o en las bolsas o como sea, dice suplemento alimenticio (…) o cuál es la vía más fácil: producirlo», menciona la entrevistada.
Es así que las familias han tenido que optar por el cultivo del cannabis.
«Muchas mamás preparan el aceite y viven bajo este miedo de decir ‘y si me encuentran con la marihuana en las manos, van a pensar que soy narcomenudista’ (…) y tienen que interponer amparos de cultivo y no para autoconsumo, sino para producir la medicina de sus hijos», aseguró al resaltar lo costoso que también sería el trámite del amparo.
«Es muy feo sentirse perseguido, sentir que en cualquier momento te van a detener, te van a meter a la cárcel. Yo creo que ya ha habido casos que meten a las mamás a la cárcel por suministrar este tratamiento a sus hijos, y creó que no es válido que suceda y que tengamos que batallar con una autoridad ausente, dispersa, indiferente», recalcó.
Para realizar el proceso los padres de familia compran semillas de marihuana, se capacitan en el tema de cepas de semillas para conocer las que son altas en cannabidiol (CBD) y tetrahidrocannabidiol (THC) que es la que se suministra a los pacientes.
Una vez que la planta ha crecido se corta, se seca e inicia el proceso para obtener los extractos.
Sevilla considera que sería mucho mejor si se les autorizan el cultivo, porque así sabrían con exactitud qué es lo que le dan a sus hijos al estar las semillas libres de pesticidas y con una dosis adecuada.