Confirma Conave caso de rabia humana en Yucuhiti, Oaxaca
GUADALAJARA, Jal., 15 de enero de 2023.- De acuerdo con las investigaciones realizadas por la División de Genética del Centro de Investigación Biomédica de Occidente (CIBO) del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, existen marcadores genéticos que contribuyen al desarrollo de la trombosis, informó la Investigadora y autora de dichos estudio, Ana Rebeca Jaloma Cruz.
Los resultados indicó se han desprendido de una serie de trabajos encaminados a determinar factores genéticos en los trastornos de coagulación.
Indicó que se tiene el conocimiento de por lo menos seis marcadores genéticos relacionados con la coagulación e involucrados en el desarrollo de una trombosis, siendo dos de ellos los más importantes, cambios en genes que originan la alteración de proteínas que intervienen en la coagulación sanguínea, ya sea incrementándola o bien, disminuyendo la inhibición fisiológica que ocurre normalmente, tras el proceso de coagular la sangre para evitar el sangrado.
Del resto de los marcadores, explicó, se ha observado que tienen injerencia en riesgos cardiovasculares, procesos inflamatorios y en la disminución de la fibrinólisis (proceso para la degradación de redes de fibrina formadas durante el proceso de coagular la sangre en el organismo).
Por otro lado, Jaloma Cruz refirió que además del aspecto genético, la trombosis es una alteración multifactorial en donde intervienen ciertos factores de riesgo.
“Sedentarismo, embarazos, enfermedades autoinmunes, uso de tratamientos hormonales e incluso el estrés pueden detonar el padecimiento”.
Precisó que la “trombosis se refiere a la formación de un coágulo sanguíneo que obstruye la circulación y que puede tener repercusiones severas al provocar dolor, inflamación de los tejidos y muerte celular ante la falta de riego sanguíneo normal, lo más grave es que ocasiona perjuicios en corazón, pulmón o cerebro”.
Durante el embarazo, destacó la especialista en Genética, y también en la etapa de puerperio, se deben monitorear cambios en la circulación sanguínea, así como la presencia de sintomatología que incluya dolor de piernas, enrojecimiento o manchas en la piel y sensación de calor en extremidades.