
Aumentó 2.6% el volumen de la manufactura en febrero de 2025
GUADALAJARA, Jal., 30 de abril de 2020.-La diferencia en el sabor del alcohol de caña para consumo humano que suele utilizarse en bebidas tradicionales como el rompope, los ponches y los pajaretes, con el sabor del alcohol metanol, que puede ser mortal, es imperceptible, de ahí el riesgo de sufrir intoxicación como la reciente en Mazamitla y Tamazula donde en algunas comunidades hasta lo venden a granel, explicó el profesor de Toxicología del Centro Universitario del Sur, Pedro Octavio Montero Atilano.
“Qué pasa si yo, con muy buena voluntad pero con mucha ignorancia, llega alguien y me dice: oye, ira, ahorita que casi no hay alcohol, mi compadre me vendió un tambo de 200 litros, me lo dio bien barato a 10 pesos el litro, o 5, no sé, oye si compramos botecitos de plástico y les ponemos una etiqueta, lo vendemos a 20 pesos y ya nos ganamos 15 pesos y le ayudamos a la gente, no están actuando de mala voluntad, pero no sabemos el origen de este alcohol, entonces yo lo empiezo a vender y me preguntan a mí, imagínate yo, oiga ¿y es del bueno?, uy, pruébelo para que vea, está bien bueno, entonces yo me confío y me lo tomo, y tengo el efecto, imagínate cómo se ha de sentir la persona que hizo esto.”
El doctor con experiencia de 18 años en áreas de Urgencias en diferentes hospitales explicó que el metanol también es un alcohol de caña, mal llamado alcohol industrial, es derivado del bagazo de la caña y no de la fructosa, por eso no es de consumo humano, y de acuerdo con las normas oficiales debe envasarse con tapadera azul y con leyenda de que no debe beberse.
Indicó que este producto es tan tóxico para el cuerpo humano que no lo puede metabolizar, de modo que basta con 150 mililitros para causar la muerte de una persona y en el mejor de los casos ceguera.
Y ese es precisamente el primer síntoma de intoxicación por este tipo de bebidas, las alteraciones en el sentido de la vista, a veces acompañados de fuerte dolor estomacal.
El académico universitario dijo que antes de pensar en el castigo al responsable del envasado de las botellas conocidas como El Chorrito, hay que ir al fondo del problema, y deben existir controles más estrictos en lo que se vende en las comunidades más alejadas, las rancherías, los pueblos.
Describió que alcohol es parte de la cultura del mexicano, y en poblaciones pequeñas, a veces hasta tradición, como para el rompope, los ponches y los pajaretes que se venden en la región sur de Jalisco, incluso es muy común que donde hay establos y venden los pajaretes, cuando llegan los clientes los dueños suelen ir a las tienditas a comprar alcohol a granel que hasta les venden en bolsitas de plástico por mililitros.
La recomendación del investigador es que mientras prevalezca la alerta sanitaria de Coprisjal que abarca todo el estado de Jalisco, tener mucho cuidado en consumir sólo bebidas alcohólicas de las cuales conozcamos su procedencia, que estén perfectamente envasadas, selladas, con sus registros de que cumplen todas las normas mexicanas.