Verstappen se corona en Las Vegas como 4 veces campeón mundial de F1
GUADALAJARA 30 de octubre de 2024.- Una administración marcada por la polémica desde el primer día, llega este miércoles 30 de octubre a 22 años. Más de dos décadas lleva la familia Vergara al frente de Chivas, con pocos éxitos deportivos. Primero fue Jorge, el padre y ahora es Amaury, el hijo. Ninguno de los dos ha podido devolverle al Club Deportivo Guadalajara la gloria de épocas pasadas. Los títulos de su gestión son muy pocos comparado con la grandeza de la institución.
El 30 de octubre de 2002, la historia de Chivas dio un vuelco definitivo. La Asociación Civil que se encontraba en manos de 200 socios, realizó una asamblea extraordinaria en la Sala de Trofeos del hoy extinto Club Deportivo Guadalajara (ahí se construyó un centro comercial).
El principal punto a tratar: la conversión a una Sociedad Anónima, en la que todos fueran accionistas y por tanto estuvieran en facultad de vender.
La polémica inició desde esa misma noche. El grupo de asociados que se oponían a la venta, encabezados por el entonces presidente del club, Francisco Cárdenas, hizo lo que pudo para impedir lo que ocurrió aquel día, 22 años atrás. Presentó en la asamblea una orden judicial que prohibía la realización de la misma. Se hizo caso omiso. La votación dio luz verde a la transformación.
Un día después, los vendedores fueron integrados a un fideicomiso. Jorge Vergara prometió pagares, en abonitos diferidos, un total de 6 millones de pesos por cada certificado de aportación, un documento que durante 96 años pasó de padres a hijos, que únicamente tenía valor sentimental y no monetario. Había familias que tenían más de un certificado por lo que la tentación fue demasiada. La mayoría accedieron a vender.
La Asociación Civil en ese tiempo, ni siquiera tenía control del equipo de Primera División. Estaba rentado a Salvador Martínez Garza desde 1993, debido a la crisis económica que atravesaba el club. El Rebaño Sagrado estaba en 2002 hundido en una mala etapa de resultados. Jorge Vergara se presentó en el horizonte como la aparente solución. Supo ilusionar a los aficionados rojiblancos con la esperanza de un mejor futuro.
A partir de entonces, el empresario se convirtió en uno de los directivos más polémicos del futbol mexicano. Declaró abiertamente no saber “ni un pepino” de futbol cuando llegó.
Cumplió una de sus principales promesas al hacer campeón a Chivas antes de cinco años. Lo consiguió en cuatro, al coronarse en el Torneo de Apertura 2006. Sin embargo, falló al asegurar que ese era el inicio de un nuevo Campeonísimo.
El segundo título de su administración llegó hasta el Torneo Clausura 2017, en la época dorada de Matías Almeyda como entrenador. Esa fue la etapa más exitosa de la familia Vergara al frente de Chivas, pues también se consiguió un título de la Concacaf (2018) para asistir al único Mundial de Clubes en la historia del Rebaño Sagrado, además de dos Copa MX y una Supercopa MX. Los éxitos son pocos, en 22 años.
POLÉMICAS DE JORGE
La polémica rodeó siempre a Jorge Vergara. En cuanto llegó al equipo, retiró las primas económicas. “Les pago por ganar”, dijo. La mayoría de futbolistas no lo tomó de la mejor manera. Además, vendió el histórico Club Deportivo Guadalajara, que hoy se encuentra convertido en un fastuoso centro comercial, con un lujoso hotel y oficinas.
Peleó desde sus primeros años con los rivales, mediante los controvertidos desplegados. El más recordado, uno que publicó después de vencer a Pumas: “Me pareció ver un lindo gatito”. El mensaje enervó la rivalidad entre ambas aficiones y provocó enojo en los futbolistas universitarios. Hasta hoy, se recuerda aquel ensañe cada vez que estos equipos se enfrenta.
También peleó con jugadores y técnicos de su propia institución. A Carlos Salcido y Oswaldo Sánchez los llamó “mercenarios”. A Omar Bravo le dijo “malagradecido” cuando emigró al futbol español. De Carlos Vela aseguró que “se fue por la puerta de atrás”, por fichar con el Arsenal. A Fernando Quirarte lo criticó porque le entregó “un Ferrari y devolvió un vocho”. Al español Xabier Azkargorta lo denominó “el peor error” de su mandato.
El 15 de noviembre de 2019, Jorge Vergara falleció. La presidencia de Chivas fue heredada. Ahora es Amaury, su hijo, el encargado de conducir el destino del Guadalajara. El inicio de su gestión fue prometedor, con 35 millones de dólares invertidos en refuerzos. No resultaron. Ahora, la principal crítica de los aficionados es precisamente que ya no gasta como equipo grande para contratar jugadores importantes.
Amaury Vergara no tiene todavía títulos al frente del Guadalajara. Incluso, deja una permanente sensación entre los seguidores del club que su principal pasión no es el equipo de futbol, sino el cine. Entre críticas, quejas y cuestionamientos de su propia afición, su gestión ha tenido un inicio complicado, que se vuelve todavía más difícil por la falta de resultados deportivos.
PROMESAS SIN CUMPLIR
Para “librar” al Guadalajara de los malos resultados de Salvador Martínez Garza, el 20 de agosto de 2002 Jorge Vergara presentó a los socios del club una carpeta roja con la inscripción “Chiva de corazón” en la cubierta. En ella, se enunciaban las promesas con las que habría de cambiar la actualidad del equipo.
“Preservar y respetar los símbolos de las Chivas, como el escudo, los colores, el mexicanismo y la residencia del equipo”, explicaba el documento. El escudo se alteró bajo la administración de los Vergara. Tuvo que regresar al original, ante la molestia de la afición. Los colores también se han modificado: el Rebaño Sagrado llegó a utilizar incluso una playera con rayas verdes.
“Invitar a exjugadores, expresidentes y a socios del club con certificados de aportación a un consejo consultivo del Guadalajara”, era otra de las promesas. Cuando existió un Consejo de Futbol, lo integraron siete personas. Hoy, sólo la familia Vergara decide sobre Chivas. “Fomentar las demás disciplinas deportivas buscando los mejores resultados a nivel nacional e internacional”, decía también la carpeta roja. El Rebaño Sagrado tuvo por poco tiempo un equipo de ciclismo e intentó instalar una escuela de clavados. Los proyectos fueron cancelados y olvidados.
“Arreglar el Club Guadalajara Colomos y abrir otros en el Oriente y Poniente de la ciudad, así como en el Distrito Federal, Chicago, Los Ángeles y Houston”. El viejo club fue vendido y ahí se construyó un centro comercial. Los demás clubes prometidos no se construyeron.
El 30 de octubre de 2002, día en que se realizó la asamblea que cambió la historia del Guadalajara, agregó promesas: contratar al mejor técnico del mundo, a los mejores jugadores de México, ser el mejor equipo del país en 5 años y el mejor del mundo en 10, abrir la señal televisiva para que siempre sea gratuita y limpiar la camiseta de publicidad. Hoy, ninguna se cumple.