GUADALAJARA, Jal., 10 de junio de 2021.- Las niñas y niños que por muchas veces dolorosas circunstancias tienen que ser albergados en lugares como la Casa Hogar Cabañas, no forzosamente están destinados al abandono, infelicidad y fracaso, hay casos de éxito de egresados quienes lograron ejercer una profesión y tienen familias integradas y plenas, como María Josefina Luna de la Cruz, a quien todos conocen como Pina, es la encargada de Ropería desde hace 10 años y recuerda con cariño que desde muy pequeña este lugar ha sido su refugio.

 “Con las adolescentes de pronto sí les platico que cambiamos la historia o cortamos los ciclos, porque la mayoría de los niños que llegamos aquí venimos de familias disfuncionales, de familias sobre todo donde no hay amor, creces sin amor, llegas a esta gran institución y te das cuenta que realmente la familia es de corazón, no de sangre, porque yo creo que jamás, ni hasta mis últimos días voy a poder regresar tanto amor, tanto que me dieron aquí».

Recordó que llegó al Hogar Cabañas siendo una niña rescatada de una situación de violencia, muy asustada sin saber qué sería de su futuro, sin embargo no sólo encontró el resguardo y la seguridad que necesitaba, sino una familia y la posibilidad de estudiar, motivo por el cual al egresar pudo ejercer su profesión y ahora tiene su propia familia.

Sin embargo, hace 10 años la invitaron a trabajar en este mismo lugar donde creció y no lo pensó dos veces, ahora dice que le representa una gran satisfacción poder estar cerca de las niñas, niños y adolescentes, platicar con ellos, compartir su experiencia, motivarlos y demostrarles que la tristeza no tiene por que ser un destino ineludible en sus vidas.