
Pide secretario de Educación Jalisco evitar corridos en eventos escolares
GUADALAJARA, Jal., 5 de junio de 2023.- Su nombre es Ian Emmanuel González Santos, y a sus 13 años de edad, al haberse graduado el pasado 24 de mayo como Químico Farmacéutico Biólogo en la Universidad de Guadalajara, es el biólogo molecular más joven del mundo y es jalisciense.
Orgullo de México, Ian se puede comparar con grandes personajes de la entidad que ponen en alto el nombre de Jalisco como un Sergio Checo Pérez, como un Saúl Canelo Álvarez o una Lorena Ochoa, y decenas de estudiantes sobresalientes en la entidad, sólo que él, en el ámbito de la ciencia.
Cuando tenía tan solo 8 años de edad, tuvo que dejar la escuela porque le quedaba chica. Sus dotes y capacidad mental (tiene un coeficiente intelectual de 155), no le permitieron seguir en una escuela normal, por lo que su madre, Sandra Santos, decidió enseñarlo por su cuenta y pagar cursos y escuelas privadas.
Todo un proceso que cinco años después, lo convertirían en uno de los alumnos más brillantes de la carrera de Química Famacéutica de la Universidad de Guadalajara, lo que le valió el reconocimiento público y ante todo el Consejo General Universitario de la UdeG, por parte del rector, Ricardo Villanueva Lomelí en su último informe.
Un hecho que asegura Ian, quedará en su mente para toda la vida y así lo califica: “Increíble, no lo podría describir exactamente. Es algo bonito que me conocieran por el esfuerzo mío y de mi mamá. Es algo indescriptible, maravilloso y jamás lo olvidaré”.
Hoy, además de ser atleta de alto rendimiento, se convirtió en Químico Famacéutico Biólogo, no sin antes pasar por varios experimentos, diplomados y ponencias, que lo colocan como uno de los niños genios de Jalisco.
SU HISTORIA
Ian Emmanuel, desde el kínder, con 4 años de edad, hacía la diferencia de un niño normal. Hablaba rápido, con tal fluidez de países, capitales y marcas de autos, que sorprendía a su madre, Sandra Santos, quien siempre ha acompañado en sus inquietudes a su único hijo.
“Era el raro del salón”, dice su madre. “No se adaptaba y se desahogaba cuando salía de clases conmigo”. Le contaba de los planetas, de los libros y de todo lo que no podía decir a sus maestros y compañeros. Un sistema escolar normal que nunca lo satisfizo y lo excluyó lejos de aceptarlo y ayudarlo.
El colmo llegó en cuarto año de primaria, cuando por ser inquieto, le dijeron a ella que Ian tenía Déficit de Atención y fue cuando decidió sacarlo de la escuela y darle cursos, primero con dos libros, y después pagarle diplomados, estudios y experimentos por su cuenta.
Era fácil terminar los libros porque era rápido y seguía con otro curso y uno más en microbiología y hematología, los cuales los hizo en Puerto Vallarta, donde residían.
A los seis años, decidieron venirse a Guadalajara porque aquí había más oportunidades para las áreas que buscaba Ian, con un coeficiente intelectual de 155.
Fue a los 8 años cuando entra como oyente a la Universidad de Guadalajara a los cursos del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingeniería (CUCEI), donde escuchaba atento, temas como agujeros negros y avanzados en microbiología.
A esa edad ya tenía un tema de investigación que había realizado en Puerto Vallarta, sobre la Regeneración de Melanocitos con Plasma rico en plaquetas en pacientes con Vitiligo (enfermedad que causa la pérdida de color de la piel). Lo llevó a cabo con personas que aceptaron entrar en su experimento.
Después estuvo como oyente en temas de bioquímica, virología y biología molecular.
También asistió a la ciudad de México a un congreso donde expuso su tema de Nutigenómica y Envejecimiento Celular, donde tuvo la presentación con su maestro Francisco Carillo Ballesteros.
También hizo un diplomado avanzado en Hematología; llevó a cabo su servicio social en el Instituto Transdisciplinar de Investigación y Servicio ITRANS de la Universidad de Guadalajara y realizó una maestría (a la par de su licenciatura) en Biología Molecular y Genética que terminó antes que su carrera, a los 12 años.
Ian Emmanuel se define como un adolescente normal, con cambios hormonales, como un niño feliz que le gustan los gatos. Y aunque no es muy sociable –dice- le gustaría tener novia, pero sólo que ahora no hay tiempo. Tiene a su mejor amigo, le agrada ir al cine y entretenerse con videojuegos, aunque su mayor sueño ahora es trabajar en la edición genética, llamada CRISPR/Cas9, una técnica para insertar genes para revertir o prevenir infecciones (un sueño no muy común para un niño de 13 años).
Ahora es licenciado Químico Famacéutico Biólogo y con Maestría en Biología Molecular, pero también se da su tiempo para correr, porque es atleta de alto rendimiento, donde ha obtenido el tercer lugar en 80 meteros planos en competencias estatales, una práctica a la que le dedica las tardes.
De esta manera, en una década, a los 23 años, Ian Emmanuel dice que se ve con muchas medallas de reconocimiento, como atleta reconocido, como experto en su herramienta que quiere explorar (CRISPR/Cas9) y por qué no… se ve también con un Premio Nobel.