
Se registran deslizamientos en barrancas de Atenquique, en Tuxpan
GUADALAJARA, Jal., 26 de diciembre de 2020.- Este año las familias tapatías celebrarán un Año Nuevo distinto, bajo una nueva normalidad.
Susana Rodríguez es originaria de Chiapas, hace más de 20 años llegó a Guadalajara en búsqueda de mejores oportunidades laborales y personales, año con año viaja alrededor de 15 horas para pasar Navidad y Año Nuevo con sus seres queridos.
Pero este año no fue posible, el cuidarse y cuidar de su familia fue una prioridad que, como señala, es la mejor muestra de amor que ella les puede brindar.
“Mi mamá ya es mayor. El año pasado de hecho le detectaron neumonía, si yo traigo esta enfermedad y le llega a pasar algo, no me lo perdonaría. Creo que por amor a ellos, mejor preferí quedarme, muero de ganas de verlos y abrazarlos, porque desde que inició la pandemia no he querido ir, creo que el mejor regalo que le puedes dar a tus seres amados es la protección en este tipo de enfermedades”, explicó.
Para Susy, que el nuevo botón de emergencia en Jalisco, que se activó el pasado 25 de diciembre y termina el 10 de enero, es una segunda oportunidad para obedecer y creer que esta enfermedad es real.
“Creo que si todos generamos un poco de conciencia vamos a salir de esto, pero bueno lo del Botón de Emergencia para mí en lo particular una buena estrategia o si lo quieren ver como llamada de atención, porque por unos cuantos irresponsables, todos salen perdiendo y no es justo, porque, yo en este caso, me estuve cuidando para evitar contagiarme de esta enfermedad”, expuso.
Para la mayoría de la población el 2020, fue un año de pérdidas, económicas y quizá familiares, pero para Susana, estos 12 meses fueron de mucho aprendizaje.
“No fue un buen año económicamente hablando, pero si tuvimos muchos aprendizajes, a ser más solidarios, a dejar la indiferencia pero creo que más a darnos cuenta el valor tan inmenso que tienen nuestros seres queridos”, puntualizó.
Cuidarnos, es una responsabilidad pero también una muestra de amor al prójimo, que aunque no sea nuestro amigo o familiar nos define como personas.