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MORELIA, Mich., 15 de febrero de 2022.- El cáncer en la infancia es una enfermedad calificada como “no tan frecuente”, debido a que de cada 100 pacientes pediátricos, cinco registran neoplasias, pero es actualmente la segunda causa de muerte en algunas edades pediátricas, sólo por debajo de los accidentes, señaló Silvia Chávez Gallegos, directora del hospital Infantil.
Este 15 de febrero se conmemora el Día Internacional contra el Cáncer Infantil, y la oncóloga pediatra refirió que estos indicadores ponen de manifiesto la importancia de un diagnóstico oportuno en esta labor.
Chávez Gallegos mencionó que la edad donde más diagnósticos de cáncer infantil se identifican es entre dos y 14 años, y las formas más frecuentes son las leucemias, con el 50 por ciento de los casos; los linfomas, y los tumores del sistema nervioso central.
Indicadores tempranos
Aunque cada tipo de neoplasia muestra signos y síntomas distintos, Silvia Chávez manifestó que fiebre que dura más de dos semanas, que se acentúa en la tarde noche y que no mejora con tratamiento; palidez repentina; sangrados anormales y de difícil control, y moretones o manchas rojas, especialmente las que se ubican en zonas donde no hay roces, pueden indicar leucemias.
Asimismo, los crecimientos glandulares de más de un centímetro en el cuello o de más de 1.5 centímetros en las ingles; indoloros; que crecen repentinamente, o que no reaccionan a tratamiento, pueden ser indicios de linfomas o cáncer en los ganglios.
Finalmente, los tumores del sistema nervioso central pueden ser detectados por dolores de cabeza que aparecen por la mañana o que despiertan al niño, que causan que vomite, marcha vacilante o visión doble, y suelen ser de los tipos de cáncer que se diagnostican de manera tardía.
Un diagnóstico oportuno es vital para aumentar las posibilidades de vida de los pequeños pacientes, hasta el 70 por ciento de las neoplasias son curables si se detectan a tiempo, y otros tipos, como los linfomas y los tumores de riñón, testículo u ovario, alcanzan casi el 100 por ciento.
Sin embargo, la mitad de los pacientes que padecen tumores sólidos acude a un médico cuando están en etapas tres y cuatro, cuando lo deseable es que arriben cuando se encuentran en fases uno y dos.
Complicaciones por infecciones
En general, la tasa de recuperación de los pacientes con cáncer infantil es del 65 por ciento, y aunque la fase del diagnóstico es la principal condicionante para este indicador, hay otros que pueden reducir la posibilidad de sobrevida. Le siguen en importancia las infecciones, ya que, acotó la directora del hospital Infantil, “a veces, los niños no mueren de cáncer, sino de complicaciones asociadas a infecciones”.
Detalló que un paciente con quimioterapia que padece fiebre debe ser atendido en la primera hora, lo que puede disminuir de forma significativa la mortalidad. No obstante, hace dos años los pequeños podían tardar hasta 21 horas en recibir tratamiento.
Para abatir esta ventana, Silvia Chávez indicó que se implementa el programa Hora Dorada, con el hospital San Judas, en Estados Unidos, y se redujo a cinco horas, además que se trabaja para disminuir hasta la meta. “La quimioterapia no es inocua, las defensas del niño bajan y las infecciones deben ser tratadas en lo inmediato, la recomendación es que en ciertas etapas los pacientes foráneos no se vayan de Morelia, porque es imposible que lleguen en la hora estipulada al hospital”, precisó.
Las infecciones no son la única carta en contra en la lucha contra el cáncer infantil, refirió la oncóloga pediatra.
Al parecer, los mexicanos y latinos presentan genes que les hacen resistentes a la quimioterapia, como lo ha inferido una investigación en Estados Unidos.
Ya se ha hecho una revisión con población en el norte de México, y está pendiente Michoacán, por la pandemia de coronavirus (Covid 19). En los últimos años, el Covid 19 se sumó a las amenazas a los niños con cáncer, pero “aunque teníamos miedo de un posible aumento en la mortalidad, no recuerdo decesos por esta causa”.
Respecto al desabasto de fármacos oncológicos, refirió que “afortunadamente” el desabasto no ha sido generalizado, ya que sólo han hecho falta las claves que no están disponibles en el país, una o dos de 20.
Finalmente, manifestó que si bien en 2003 hasta el 30 por ciento de los pacientes abandonan los tratamientos, ahora la cifra se ubica por debajo del cinco por ciento, que es lo máximo aceptable en el mundo.
Un problema multifactorial, una solución con numerosas aristas
La pregunta más frecuente de los padres de niños con cáncer es si algo de lo que han hecho o vivido pudo ocasionar la enfermedad, explicó Silvia Chávez, y la respuesta es que no hay una causa única.
Sí hay factores predisponentes, como ambientales, entre los que se encuentran los insecticidas, fertilizantes, el tabaco o las drogas; genéticos, como las alteraciones cromosómicas, y de alimentación, ya que los bebés que no se alimentan al seno materno tienen hasta 20 veces más riesgo de leucemias.
Reiteró que la mejor forma de intervenir en el cáncer infantil es la detección temprana, por lo que se ha dado capacitación a los médicos de primer contacto para que identifiquen signos y síntomas.
Asimismo, se proyecta llevar esta capacitación para atender maestros y grupos de padres, ya que observar estos cambios es relativamente simple, a condición de que se tengan presentes.
“Los maestros, cuando están en clases presenciales, pueden ver a los niños todos los días y encontrar señales de posible enfermedad, para alertar a tiempo a los padres”, indicó.
Inclusive, cuando los pacientes son niños mayores o adolescentes, pueden ser determinantes para un diagnóstico oportuno, puesto que pueden mencionar a sus padres o médicos de dolor o alteraciones.
Más aún, existen proyectos con asociaciones civiles, como Casa de la Amistad, que contribuyen con el abasto de fármacos, y el hospital de San Judas, a través del programa Hora Dorada.
La lucha contra el cáncer infantil es una labor de todos y los diferentes esfuerzos para prevenirlo y abatirlo contribuyen a mejorar las posibilidades de recuperación de los pacientes, concluyó.