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GUADALAJARA, Jal; 30 de abril de 2018.- Como ya es tradición, el Cardenal Emérito de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez festejó desde muy temprano y a lo grande, acompañado de cientos de personas en su casa en San Pedro Tlaquepaque y ahora con más razón, sus primeros 30 años de ordenación como Obispo.
En esta ocasión, con un entorno electoral, en la misa de las 7 de la mañana, el propio prelado habló de la plenitud del sacerdocio que significa ser obispo y la responsabilidad de hacerse cargo de todos los sacramentos.
Notablemente contento, Sandoval Íñiguez incluso bromeó durante su mensaje, al mencionar que los apóstoles Santiago y Juan quisieron aplicar un “madruguete” con Jesús al mencionar que los políticos ahí presentes “saben muy bien de madruguetes”.
Un buen obispo, dijo, es aquel que pone su vida al servicio de la comunidad con un espíritu democrático, porque hay un sacramento que los iguala a todos que es el bautismo que nos hace a todos hijos de Dios.
Recordó que está en Guadalajara desde 1994 y 6 años como Arzobispo Emérito, lo que dice, significa estar en descanso, pero a medias, pero será sacerdote para siempre y seguirá trabajando en su ministerio.
“Y como nosotros no robamos no nos tenemos que esconder ¿verdad?, nosotros aquí nos quedamos, mientras los políticos corren a Los Cabos, yo no me voy a echar flores a mí mismo porque no me la van a creer ¿verdad?”
Dijo que está satisfecho tras 30 años, tan sólo quiere pedir perdón por sus errores “y por este genio que nomás no se me empareja”, concluyó.