Recibe Senado leyes secundarias del PJ de Sheinbaum
GUADALAJARA, Jal; 2 de octubre de 2024.- En el marco del reconocimiento Flor de la Sierra a Rafaela Justo Elías, y a otros defensores de las tierras y derechos humanos, habitantes de la comunidad nahua de Ayotitlán, piden la presencia de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo para darla a conocer sus principales necesidades.
En el evento donde participaron representantes universitarios (UdeG e ITESO) en el auditorio Silvano Barba de la UdeG, la galardonada, Rafaela Justo Elías, anunció que el Consejo de Ancianos de Ayotitlán, de Cuautitlán de García Barragán, Jalisco, buscan que la Presidenta conozca los retos que enfrentan desde hace décadas.
La comunidad nahua, ubicada en la Sierra de Manantlán, entre los límites de Jalisco y Colima, es una de las poblaciones indígenas más grandes y ancestrales. Cuenta con más de 13 mil habitantes en un territorio que nunca ha sido visitado por ningún presidente de México.
MUERTOS DEFENDIENDO SU TIERRA
Ahí han fallecido, en menos de tres décadas, más de 200 comuneros por la violencia y defensa de la tierra en contra de mineras y de particulares dedicados a la extracción ilegal de madera, quienes poco a poco se han apropiado del territorio. Hace tres siglos esta zona era conocida como la “República de Indios”, cuando su extensión superaba las 430 mil hectáreas. Hoy en día, su territorio apenas alcanza las 30 mil.
Lilia Óliver Sánchez, directora de la División de Estudios Históricos y Humanos del CUCSH de la UdeG y exrectora del Centro Universitario de la Costa Sur, destacó la labor humanista de Rafaela Justo y su “rescate de la tradición de la cosmovisión de la cultura ancestral de los pueblos originarios de la Sierra de Manantlán y su lucha permanente por la conservación y protección de la biodiversidad y los recursos naturales”. Citó a Rafaela como una gran defensora de la dignidad del pueblo nahua.
Rafaela Justo es reconocida por muchos de los nahuas como la “Rigoberta Menchú de Jalisco”. Es abogada e ingeniera agrónoma, fue comandada por su abuelo Isidoro Justo para llevar a cabo “una revolución en favor de su pueblo”, pero sin usar armas y limitarse a usar la pluma y el papel, según recuerda la propia Rafaela.
Al hacer uso de la voz, ella misma pidió a los alumnos indígenas que por ningún motivo dejen de estudiar y que aprovechen las oportunidades abiertas en la misma sierra desde hace 30 años, gracias a la Universidad de Guadalajara y a la Red Universitaria de Jalisco, un proyecto que cumple 30 años de existencia y fue impulsado por el exrector, Raúl Padilla López.
Padilla López también uno de los galardonados (póstumo). Ahí el maestro emérito de la UdeG y director del Museo de Ciencias Ambientales, Dr. Eduardo Santana Castillón, quien recibió el reconocimiento para hacerlo llegar a las autoridades universitarias y a la familia, al brindar una reseña de Raúl Padilla, destacó que “fue un hombre de grandes logros y grandes conflictos, pero que transformaba su entorno para bien en la mayoría de los ámbitos donde incursionaba”.
El padre Tomás Bobadilla, uno de los grandes defensores de la identidad, la cultura y los derechos humanos del pueblo nahua, también fue reconocido.
Tras ello, mencionó que la Sierra de Manantlán le cambió la vida y que su existencia fue otra después de que los propios habitantes de la comunidad originaria lo bautizaron con el nombre del “padre de Ayotitlán”, lugar a donde sueña regresar.