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GUADALAJARA, Jal., 15 de agosto de 2020.- En el marco de la celebración de la asunción de María, este sábado se llevó a cabo la misa crismal presidida por el cardenal José Francisco Robles Ortega.
En esta celebración se bendijo los santos óleos, aceite que es utilizado para ungir a los enfermos, consagrar a los futuros sacerdotes y bautizar a los nuevos integrantes de la iglesia católica.
Durante la celebración, el Arzobispo tapatío puso a María como ejemplo de obediencia, misma que guía a los fieles a la santidad.
“Estamos celebrando en la iglesia la solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María a los cielos en cuerpo y alma (…) María fue elegida para ser la madre del hijo de Dios, en ella se formó el hijo de Dios”, señaló el cardenal.
El obispo invitó a la sociedad en general a tener en el centro de sus vidas a Cristo, principalmente en estos momentos de cruciales a los que se afrenta la sociedad.
“Mientras dure nuestra peregrinación en la tierra vamos a estar en una perpetua lucha contra las fuerzas del mal (…) esperanza, esperanza con la Asunción de la Santísima Virgen María a los cielos se nos señala cuál es nuestro fin, cuál es nuestra meta a donde y a qué estamos destinados no vamos a quedarnos en esta tierra, no somos ciudadanos permanentes de esta tierra somos peregrinos”, puntualizó.
Señaló que la meta de todo hombre debe ser siempre el cielo.
“La meta es el cielo al que ascendió Jesucristo después de su resurrección y al que hizo partícipe a María, la criatura más cercana a la obra de nuestra redención, nuestra meta es el cielo, nuestra meta es Dios”, reiteró.
El evento se realizó a puerta cerrada en la Catedral Metropolitana de Guadalajara. Alrededor de 50 sacerdotes fueron los que concelebraron la ceremonia religiosa.