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GUADALAJARA, Jal., 30 de octubre de 2021. Ya con fechas confirmadas para Guadalajara el próximo mes de diciembre, Alejandro Fernández se presentó en la ciudad de Monterrey con gran éxito y localidades agotadas.
En la primera de dos presentaciones, Alejandro Fernández demostró a su público lo que implica estar Hecho en México, y deslumbró a siete mil personas que se dieron cita, dejando en claro las raíces mexicanas que lo han acompañado y hecho crecer a lo largo de su exitosa carrera artística.
En punto de las 22:00 horas, el escenario cobró vida para dar pasó a los mariachis que sonaron muy alto con voz e instrumentos mientras las luces iban descubriendo la majestuosa escenografía que acompañaría al cantante.
Un elegante candelabro simulado por una serie de sogas cubría el techo de forma estupenda y al fondo, se dibujaba la silueta de El Potrillo, quien ya muy sonriente se preparaba para aparecer bajo los reflectores para alegrar a su gente que tanto lo estuvo esperando estos meses.
Ataviado en un impecable traje charro de cuero negro, Alejandro Fernández salió de entre los mariachis y dio rienda suelta a la abarrotada noche, envuelto en el instrumental del mariachi y al mismo tiempo en el aplauso del público, el cantante se inclinó para agradecer, saludar a los presentes y comenzar la noche entonando Tantita Pena.
Posteriormente y como siempre lo ha realizado y ante la euforia de los regios, se quitó el sombrero y se acercó a la pequeña mesa que formaba parte de su escenografía para tomar un trago de tequila y comentar: “Con esta canción vamos a recordar al viejón”, haciendo un tributo a su padre, Don Vicente Fernández y comenzó a entonar Estos Celos.
Alejandro recalcó la importancia que tenía para él encontrarse con su público después de tanto tiempo, asegurando que para él, la música es medicina que ayuda a sanar cualquier trago amargo.
Le continuaron los temas: Estuve, Hoy Tengo ganas de ti y Unas Nalgadas y con ellas poner a cantar a todo el Palco Tecate, en donde uno a uno de sus temas iban llegando para avivar cada vez más la noche, con un gran repertorio.
Sin duda que la complicidad que Alejandro Fernández tiene con su público es única y lo demostró a lo largo de la velada la cual se desenvolvió sin preocupación logrando conectar perfectamente con los regios y regalando momentos gratos al por mayor.
En uno de los momentos más íntimos del concierto, Alejandro se sentó al centro del escenario, rodeado entre armónica y guitarra, echó a volar el sentimiento con los temas Por tu Adiós, Eso y Más, Sé que te Duele y Decepciones.
El enorme amor de Alejandro por su padre Vicente Fernández, quien se ha encontrado delicado de salud en los últimos meses, se hizo presente, con un gran momento de entrega total, en donde las pantallas del escenario se iluminaban con la imagen del El Charro de Huentitán, y el público comenzó a ovacionar su nombre.
Por su parte El Potrillo evidentemente conmovido agradeció el enorme y cariñoso gesto hacia su padre. “Esto no saben cómo me ayuda muchísimo esta es la última canción que pude grabar con él en el estudio y antes de que pasara todo, expresó mientras daba paso al tema Mentí.
Tras el emotivo momento, Me Dediqué a Perderte y ¿Dónde vas tan Sola? vibraron fuerte mientras el candelabro de soga bajaba al ritmo de la canción y arribaron al escenario varias bailarinas ataviadas en un vestido carmesí, abriendo paso al primer final de la noche con Como quien pierde una Estrella
Pero el público que pidió que regresara y lograron hacer subir al Potrillo nuevamente para una breve ronda más de éxitos con Canta Corazón, Caballero y La Mesa 20, para despedirse con Nube Viajera y culminar con Se me va la Voz.