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GUADALAJARA, Jal., 31 de marzo de 2016.- Oficialmente la entrada del horario de verano está programado para que inicie en la madrugada del domingo tres de abril, por lo que para despertar con el nuevo horario adelanta una hora tu reloj el sábado por la noche.
La medida del horario de verano que se implementó por primera vez en el país en 1996, iniciará este 2016, el primer domingo de abril y terminará el último domingo de octubre. El programa sólo excluye a los estados de Quintana Roo y Sonora; mientras que, en 38 municipios repartidos en las entidades fronterizas del norte, inicia el segundo domingo de marzo y termina el primer domingo de noviembre, a fin de homologar su horario con el de la zona fronteriza estadounidense.
Esta estrategia para el ahorro de energía, disminuye de manera individual, en cinco por ciento el consumo tan sólo en inmuebles destinados como oficinas para servicios administrativos. El Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE), señaló que durante 2015 el cambio en el horario permitió un ahorro en el gasto de energía eléctrica de poco más de mil 46 gigawatts hora (GWh) y una demanda evitada de 672 megawatts (MW).
Si lo vemos en términos económicos, con la medida se dejaron de pagar mil 470 millones de pesos, considerando un gasto promedio de usuarios domésticos. Una reducción de 30 millones de pesos (mdp), es decir, menos del dos por ciento de acuerdo con lo informado en 2014, que rebasó los mil 499 mdp. y evitó la emisión de 546 mil toneladas de CO2. Mientras que en 2015 no se emitieron 466 mil toneladas de bióxido de carbono.
Lo anterior sería suficiente para el consumo de más de 600 mil casas con un consumo promedio bimestral 289 kWh; o al consumo de energía de más de 9 millones de lámparas ahorradoras prendidas 24 horas los 365 días de un año. De 1996 a la fecha se dejaron de consumir 22 mil 853 GWh, equivalentes al consumo de más de 13 millones de hogares en un año.
En otro orden de ideas, ajustar tu reloj una hora adelante implica una reducción en el periodo habitual de sueño, sobre todo la primera noche, que se irá ajustando durante el transcurrir de los siguientes 10 a 15 días.
Además, esta alteración del sueño, puede producir cambios en el estado de ánimo, como mayor irritabilidad o ansiedad. Además de una sensación de fatiga general, que supone que se tiene una mayor dificultad para la concentración intelectual, por lo que nos cuesta más hacer las cosas cotidianas que hacemos cada día.