![](https://jalisco.quadratin.com.mx/www/wp-content/uploads/2025/02/adan-augusto-107x70.png)
Analiza Adán Augusto Ley del Infonavit con líderes sindicales
CIUDAD DE MÉXICO, 9 de julio de 2017.- Ante el retroceso en la influencia de los Estados Unidos de Donald Trump, no faltan los candidatos a ocupar los huecos que dejan sus fichas sobre el tablero internacional. China se erige en adalid del multilateralismo y el comercio global, mientras la Unión Europea aprovecha el respiro para reconstruirse como faro del modelo occidental. Y un visitante inesperado, Rusia, lucha por recuperar la centralidad diplomática que le hizo perder su belicosidad en el este de Europa.
De acuerdo con El Universal, Vladimir Putin llegó al G20 de Hamburgo con la incomodidad de visitar una Europa con la que protagoniza un cruce de sanciones desde 2014 por la participación rusa en la guerra de Ucrania. Moscú sabe que las posibilidades de un pacto con Europa son escasas, por eso ha vuelto sus ojos hacia Oriente, para seguir arañando parte del protagonismo perdido en la escena global. La tendencia es visible en Siria, Egipto y Turquía, aprovechando que la proyección de Washington en estos países se vuelve difusa. En la crisis de Norcorea también ha encontrado un medio para acercarse a China.
Ilan Goldenberg y Julie Smith plantean en Foreign Policy que esta tendencia empezó cuando la administración Barack Obama se vio sobrepasada por la multiplicación de conflictos en Medio Oriente (las primaveras árabes, el ascenso delEstado Islámico y las guerras de Siria, Yemen y Libia). Putin aprovechó la situación y se anotó una victoria al lanzar su exitosa intervención en Siria en 2015 en apoyo de Bashar al-Assad.
Más información El Universal